CUANDO LLEGA LA NOCHE

Y, cuando llega la noche

y, tú no estás a mi lado,

siento la cama vacía…

por el lado que ocupabas.

 

…Frías y desangeladas

las sábanas que tapaban

el cuerpo que yo sentía

y cada noche me amaba.

 

Alargo el brazo, te busco

acariciando la almohada,

en encontrarte no hallo

ni la huella que dejabas.

 

Y mis ojos entreabriendo

ven que no estás a mi lado

y cuando del todo abro…

sé que allí no existe nada.

 

Y me surgen los recuerdos,

de que allí nunca faltabas,

en noches frías y heladas,

me abrazabas, calentabas.

 

Y hacia  tu pecho llevabas

el mío que en tí pegabas

y con tu calor me dabas,

…lo que yo necesitaba.

 

Mis pezones te clavaba

y tú duros los notabas

y en unos pocos segundos

como plastilina estaban.

 

En mis hombros te sentía

el calor que da tu aliento,

y los besos tan ardientes,

que de tus labios brotaban.

 

Y yo íba cerrando los ojos,

y tú mientras susurrabas,

en mi oído unos te quieros

haciendo fuego en mi alma.

 

Yo inclinando la cabeza

a los ojos te miraba…

y besándote los labios

un te amo se escapaba.

 

Los cuerpos entrelazados

como una danza iniciaban

con  lento ritmo al principio,

luego acelerando la marcha.

 

Con sonidos de tambores,

que laten interiormente,

de dos corazones salen,

uniéndose para amarse.

 

Y, cuando eso recuerdo

una lágrima me sale…

y mi lado se humedece

y el frío presa me hace.

 

Y temblando quedo sola

y no vienes a abrigarme

y tiritando de frío… lloro

porque te echo en falta…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1 Comentario

  1. Maikel dice:

    Encantador y triste por esa pérdida, debe ser un enorme anochecer el amanecer sin el calor de ese sol del que hablas. Como siempre me encantó tu escrito, recibe mis saludos y una feliz navidad.

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