En Vías de Putrefacción #3

Estoy en la iglesia. Un pequeño cuchitril en medio de la ciudad. Con sus escasos seis ó siete bancos y un pequeño altar, este antro apenas logra convencer a cuatro viejas de que vengan de higos a brevas a rezar por sus maridos enfermos o muertos.

¿Qué busco? Busco el perdón. He pecado, y como pecador, he de confesarme. El cura tiene un aspecto bastante desaliñado, con el pelo negro teñido, y la cara que, pese a mostrarse delgada, tiene colgando una pequeña papada. Unas pequeñas manchitas blancas adornan la sotana, a la altura de la cadera. El confesionario da verdadero asco. Cuando me siento, noto que lo he hecho encima de algo pegajoso. Tampoco es que me importe demasiado.

– Hola, padre.

Una tos seca se oye, dando paso a la voz del cura, cascada por el alcohol, el tabaco y quién sabe qué más.

– Hola, hijo mío. Ave María purísima.

– Padre, busco perdón, porque he pecado.

– Golfo del Diablo. ¿Cuántas van ya?

– Este año van cinco. Ja, ja, ja. Cinco ángeles caídos.

La voz del cura cambia, mostrándose más jovial.

– Hijo de la gran puta. Llevas una más que yo.

Yizeh. 29 de Abril de 2008

Yizeh Castejón
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3 Comentarios

  1. Pequadt dice:

    xDDDDDD

    Me he reido mucho, no me lo esperaba. Esta saga va cogiendo fuerza (mucha fuerza). Sigue así.

  2. Lascivo dice:

    Ju, ju, muchas gracias.
    el próximo capítulo promete ser… diferente. Otro estilo. Otro personaje.
    Otra muerte…

  3. champinon dice:

    Krack! «Diariamente» nos sorprenderas!!

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