(Este relato es la tercera parte de una novela, para leer la parte primera haz click AQUÍ  y para leer la segunda haz click AQUÍ). Disfrutadla.

La noche era fría, en las calles sólo había algún borracho que no tenía para seguir pagando al tabernero o para comprar el amor de alguna mujer. Evan aún iba desconcertado por el comportamiento de Pheril. Pero lo que realmente le preocupaba era que no sabía qué iba a hacer, ni adónde iba a ir, lo único que sabía era que no podía quedarse en Klahira. Pero era el único sitio que Evan conocía, si al menos hubiera cogido algún mapa podría pensar a dónde ir. Pheril le miraba y parecía que supiera lo que Evan pensaba en ese momento, pero no dijo nada.

Los guardias que estaban en la puerta miraban a la pareja con una mezcla de curiosidad y desconfianza, así que Evan decidió que entrarían en la taberna e intentarían recompilar información de algún lugar interesante que visitar. Pheril se mostró de acuerdo con la idea, así que entraron en la taberna “Ojos Dorados”. Antes de que Pheril pudiera decir nada, Evan ya se había escabullido hasta la barra, un par de borrachos estaban discutiendo acerca de la sexualidad de una de las mujeres que había por allí, Evan vio la bolsa  de monedas de uno de ellos colgando, pero tenía cosas más importantes que hacer.

– Perdone, ¿me sirve una cerveza?- le dijo Evan al tabernero. El tabernero, un hombre regordete y calvo estudió a Evan de arriba abajo.

– ¿Tienes edad para beber chico?- preguntó el tabernero

– Por supuesto que sí señor-el tabernero le seguía mirando con cierta duda.- por cierto, ¿le puedo hacer unas preguntas?- mientras le preguntaba esto sacaba una moneda de la bolsa que llevaba al cuello. El tabernero miró la moneda y al momento pareció olvidar la importancia de la edad del chico.

-¿Qué te interesa saber joven?-mientras preguntaba cogió la moneda, la mordió para comprobar que era auténtica y se dispuso a servir la cerveza. A Evan se le ocurrió una historia, no sabía hasta que punto sería creíble, pero tenía que intentarlo.

– Verá, alguien ha entrado a robar en mi casa, he estado buscando al ladrón y he descubierto que se llama… Earl “el rata”, ¿ha oído hablar de él?

– No.

– Pues dicen que es un fantástico ladrón que pertenece a una cofradía, pero no se dónde encontrarla.- el tabernero le miraba receloso, así que Evan sacó otra moneda y la puso encima de la barra.

– La cofradía de ladrones más importante de la zona se encuentra en Heshei.-le dijo el tabernero.

-¿Heshei? ¿Y cómo llego hasta allí?- Evan había llegado al punto que le interesaba.

-¿qué cómo llegas a Heshei? ¿Pero dónde vives tú chico? ¡Es una de las ciudades más importantes de todo Calmud!- era normal que Evan no supiera de esa ciudad, a él no le enseñaron nada que estuviera fuera de las murallas de Klahira, ¿cómo iba a saber qué ciudades tenía alrededor? Evan se quedó mirando con cara de inocencia al tabernero, y éste, al ver que no conseguía nada le dijo cómo podía llegar a Heshei, le dijo que se dirigiera al Norte, que andando tardaría apenas un día. Evan le dio las gracias y se fue a reunir con Pheril.

                                         ***

Thomas Esear estaba ya cansado de discutir con su amigo, habían bebido más de la cuenta y llevaban horas discutiendo si una de las damas de compañía de la taberna “Ojos Dorados” era en realidad un hombre o una mujer. Decidió que mejor pagaría las cervezas y se iría a dormir. Pero al llevar la mano a su cinturón se dio cuenta de que no llevaba el dinero. Alguien le había debido de robar. Estaba tan borracho que pensó que ya se preocuparía al día siguiente y se durmió sobre la barra.

Articmasteray

• Acerca de
• Últimas entradas

articmasteray

Últimas entradas de articmasteray (ver todo)

• GEARS: CAPÍTULO 12, FINAL DE LA SAGA - 01/07/2010
• GEARS (undécima parte) - 23/06/2010
• Gears (décima parte) - 13/01/2009