El Ojo del Huracán.

Allí estaba yo, justo en el centro de una espiral de devastación…

El derrumbe de todo lo que conocía rugía con agonía.

Un mar de manos tendidas hacia mí pidiendo socorro.

Yo estaba tras un muro invisible de impotencia.

La desgracia giraba en torno a mí como un derviche en trance.

Podía ver el rostro de Kali, sonriéndome mientras sacaba su lengua en una terrible mueca

y me miraba con sus ojos enajenados y su collar de cabezas degolladas.

El vendaval de acontecimientos intentaba alcanzarme mas, ni un escombro, ni una ceniza, ni una mota de polvo logró rozar siquiera la forma que contenía las ruinas de mi interior.

Mi castigo era el de ver el sufrimiento en derredor y no poder hacer nada.

Lo veía todo, lo sentía todo, siempre desde el ojo del huracán.

T. Owen

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3 Comentarios

  1. caminosdeviento dice:

    Es verdaderamente frustrante.
    Sonará raro pero me recuerda a cuando te das cuenta de que en el fondo te va muy bien, que hay muchos no tan lejos que las estan pasando canutas, que hay guerras, plagas y hambre en el mundo; y que no puedes hacer nada más que ver como todo se viene abajo y disfrutar del sabor de tu propia impotencia.
    Me gusta 🙂
    Una cosa, ¿soy el único al que le sale lo de «<!–[if gte…» al principio?

  2. Zilniya dice:

    A mí también me gusta como plasmas ese sentimiento de impotencia y frustación, el microrrelato no resulta para nada indefinido, te pones en el lugar del personaje casi al instante…

  3. Zilniya dice:

    Ah! A mí también me sale lo de “<!–[if gte…” al principio, es por usar el navegador Explorer en vez de Firefox.

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