Soy un cerdo
- publicado el 26/07/2008
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El toque de la honra (Parte I)
Jugaban.
Valga por Dios que ya advierte el hecho de que jugaban. A los libros. Los ve rondándose en la vieja librería, uno frente al otro. En mitad yacían torres de libros, y en la cima, uno abierto. Jugaban a preguntas y respuestas. Eso es lo que ve a través de la ventana. Y cuando uno ganaba, mandaba al otro de viaje. Así de fácil, lo señalaba con el dedo, después apuntaba al libro y decía “Tú, aquí”. Y el otro, él lo ve, desaparecía. Y por lo visto aun anda en el libro, vagando, o atrapado, o ni se sabe.
Vaho deja en la ventana. Desde el interior, vieron su cara de espía vislumbrando su juego. Se dieron cuenta de que estaba pasando frío, pues no sólo vivía en una temperatura diferente (allí siempre era Diciembre), si no también en un tiempo diferente. Y él los ve desde su presente, a través del vaho. El invierno es vaho en el cristal, nieve rodeando los pórticos, y chimeneas. Y entra en la librería, buscando todo eso. Y una vez allí, su tiempo cambió. Y cuando se juntó con aquellos dos hombres, todo era pasado. Jugó con ellos. Jugaron juntos. Jugaron contra él. Y él tuvo que jugar. Y no jugar a perder o ganar. Jugar a apostar. Y apostó. Con honra y valor.
…
Valiente diciembre que esperanza las almas humanas con gélidas promesas, para encenderlas. Diciembre necesita luces de llamas en su teatro, aunque los asientos sigan congelados. Es un juego fácil. Sólo tienes que apostar por la catarsis.
…
Francia.
Je suis une âme solitaire .
Antes me apuntalaba entero contra la puerta, impidiendo la entrada, y también para intentar sentir algo de lo que había afuera. Allí lo tenían todo, y yo tenía lo que les faltaba. Ahora ya no sé qué es todo y qué les puede faltar. Por eso ya no me restriego contra la puerta, ahora la tiro abajo. Más allá, Diciembre me acoge en sus gélidos brazos. Más allá, he dicho, pero no tengo ni idea de donde estoy. Un teatro. Un escenario. Vacío. Asientos vacíos. Llamas en las paredes. Son luces. No están vacías, es mi público. Tengo que demostrar que no estoy vacío, o acabaré como ellas. Su falso calor invita a desnudar. Y lo hago. Voy a darles lo que quieren, sentimientos crudos para cocinar, pues es lo que comen. De eso se alimentan. Pero no cae ropa. Desnudo mi alma, pues es la única forma de calentar el ambiente. Je suis une âme solitaire, y estoy listo para dejarlos a todos mudos con mi catarsis. Ésta es mi Love song. Mi toque de la honra.
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