LAS MANOS.

Las manos,
ateridas del frío,
escondidas en las sábanas,
resbalan por la superficie,
la tela, el cuerpo,
las ansias,
apenas se palpan.

Si el corazón me late más rápido,
espero poder soportarlo.

Las manos,
untadas de nieve,
sujetando una y otra,
el aire, el deseo,
la piel

-de ese color dorado no sé a qué luz-

tuya,
es bastante para mi frío.

El temblor,
la respiración exhausta,
los latidos acelerados,
la piel,
las manos,…

El temblor;
me gustaría ahogar el gemido.

onanistaenamorada
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2 Comentarios

  1. reinadelamantekilla dice:

    El final de todo lo que escribes es siempre tan tajante, tan hiriente. Me encanta, si si.

  2. onanistaenamorada dice:

    Gracias 😉

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