ILUSTRACION: Miguel Angel Deheza

Nunca pensé que tendría la necesidad de escribir esto, pero desde que tengo 12 años sufro una imperfección en mi vida, digo esto porque no se que otro calificativo utilizar para describir lo que me sucede ya que nunca he visto ni sentido nada, no puedo decir que sintiera una presencia o viera sombras o espíritus, simplemente sucedía en el mas terrorífico de los silencios.

Cada vez que entro en mi habitación me encuentro con alguna de estas , me acuerdo muy bien de la primera vez, era una noche como otra cualquiera , me acosté y a la mañana siguiente cuando me desperté notaba un peso fuera de lo normal que me aplastaba contra el colchón, hice fuerza y me incorpore, fue ahí cuando lo vi todo, en mi cama estaba toda la ropa del armario, algo que me hizo pensar en una broma de mi hermano, pero no fue así, el decía no saber nada de eso, y como siempre, a los ojos de mis padres me “agencie” yo la bronca.

Sinceramente no le di más importancia, unos días después enciendo la cadena musical y pongo un cd y me tiro en cama para relajarme, me desconecte por unos minutos de todo, pero me di cuenta de que faltaba la música, me gire hacia el lado donde estaba la cadena musical y busque con mi mirada la pantallita de esta, y efectivamente estaba encendida y los calibradores de audio formaban las típicas barras, pero la música no se escuchaba, justo cuando me levantaba de cama para ver qué era lo que pasaba, la música comenzó a sonar pero a toda volumen! Casi me da algo, regule el audio y revise todas las conexiones, todo estaba en orden y lo más extraño, la pantalla marcaba la canción numero 3, esto era significativo de que el cd “camino” pero el sonido, a saber porque, no se escucho hasta que yo me percate de la ausencia de este.
Y nuevamente estas imperfecciones volvían a hacer acto de presencia un y otra vez, pero hasta el día de hoy ninguna de ellas se repitió, dentro del pánico que me envolvía intente localizar los días en los cuales me acontecían estos sucesos, y descubrí algo, que eran de cinco en cinco días…Al saber eso, yo me preparaba psicologicamente como mejor podía para afrontar lo que me esperaba detrás de la puerta de mi cuarto. Año tras años estas se volvían más agresivas y no eran las típicas del principio, como encontrar el cuarto revuelto, la cama del revés, pintadas de bolígrafo en la pared con números y símbolos que no pude comparar con nada, etc etc… y claro todo esto aparte del sufrimiento y terror que vivía en silencio se juntaba con las broncas de mis padres, que pensaban, que yo tenía un grave problema psicológico y que a raíz de ello realizaba todas estas imperfecciones en mi cuarto. Durante 6 años me obligaron a ir de psiquiatra en psiquiatra, cada año y medio cambiaba, ya que como es lógico no se observaba mejoría, normal! Yo no era el causante, y por mas que se lo decía a cada uno de ellos más pastillas me recetaban que lógicamente yo me las ingeniaba para no tomar.

Como os comentaba antes esto se torno más violento, una noche me desperté y encendí la luz, mi cuarto había cambiado, mi escritorio estaba girado contra la pared la silla de este estaba a los pies de mi cama, como si algo invisible estuviera allí sentado observándome mientras dormía, apague la luz y la volví a encenderla y todo cambio de nuevo, las ventanas estaban descolgadas las cortinas sufrieron el mismo destino y estaban cubriendo el escritorio, nuevamente repito la operación en un intento de localizar el origen de todo esto, apago la luz y la enciendo, entonces “vi” lo imposible, mi cama se había movido y estaba justo enfrente de la venta, lo muebles de mi habitación también se habían movido y estaban pegados a ella por los dos lados formando un siniestro pasillo que me invitaba a saltar al vacío. Me incorpore y busque la salida por la cabecera y vi que la silla ahora estaba enfrente de esta pegada a la pared, observándome, esto me dejo paralizado y hizo que me recorriera un escalofrío  desde los pies a la cabeza. Minutos después, me tire por la ventana…

No se cuantos días han pasado desde esto, solo se que estoy en el hospital provincial, tengo las piernas y la cadera rotas y aquí en este cuarto me siento a gusto y tranquilo, no quiero regresar a casa, no quiero pasar por todo aquello de nuevo ,porque se que si lo “sufro” terminare de igual manera que ahora o tal vez peor….lo único que quiero es que todo termine….no quiero “imperfecciones” en mi vida….

Autor: Jose Pérez (Ed)

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