OTRA VEZ...
- publicado el 10/03/2019
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Summer Wars: ¿Lambrusco?
Aquella noche, todas las chicas eran guapas en Bahía Blanca. Los puesteros estaban felices por la abundante clientela. Las luces, de diferentes colores marcaban el paso y adornaban las callejuelas del pueblito. Todos los habitantes de Bahía Blanca estaban felices por las fiestas de Santa Flavia. Los niños reían y correteaban de un lado para otro, en cada esquina los jóvenes festejaban con una cerveza en la mano, las parejas se besaban apasionadamente y los viejos reían y reían por la felicidad que les embriagaba.
Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una.
Voltaire.
– ¿A que hora volverás a casa? – le preguntó Coral a su hermano mayor.
Ione miró a sus amigos, cada uno con una litrona en la mano.
– Mejor te llamo ¿Ok?
Ella también pensó que era lo mejor. Esperó con el pequeño grupo de amigos que Dante se encontrara con ella. Pronto llegó ese momento.
– ¡Por fin te encuentro!
– ¡Que pasó, Dante! – saludó amistosamente Yong a un chico moreno que se habría paso entre el gentío que caminaba en todas direcciones.
Pero no tan moreno como Jonás. Dante tenía ese bronceado que se consigue tras varios años practicando surf. Su cabello era tan dorado como la arena y sus ojos castaños.
– Aquí andamos – respondió este saludando levemente con la cabeza a Ione y a Jonás hasta que su mirada se posó en la chica bajita y rubia que lo miraba con curiosidad – ¿Qué?
Coral frunció el ceño:
– Eso digo yo. ¿Qué quieres que hagamos los dos solos por aquí?
– ¿Una cita? – bromeó Yong y Jonás sonrió con malicia.
Al único que no le hacía gracia esa situación era a Ione:
– ¿Qué piensan hacer los dos solos por aquí? ¿Dónde está Loki?
– Estará haciéndole el amor a su Mc Air – contestó con una carcajada Yong, contagiando al propio Jonás – ¿Por qué no vamos a comprar algo de beber y nos vamos al puertillo?
– Allí es el concierto ¿No? – dijo Coral con curiosidad.
– Es buena idea – dijo animadamente Dante – ¿Qué compramos?
– A mi me apetecería Lambrusco – respondió Yong mirando a sus amigos.
– ¿Lambrusco? – preguntó con condescendencia Jonás – ¡Ni hablar! ¡Eso no coloca nada!
– Pero estamos falta de perras y eso es lo más económico que hay – dijo Ione y Yong asintió, en señal de que estaba de acuerdo con el otro.
– ¿Llevo la cachimba? – propuso Dante – Hace tiempo que no la saco y…
– Estará repleto de policías – lo cortó Jonás.
– Pero no tenemos porque fumar “tabaco” – dijo Ione mirando de reojo a su hermana pequeña.
Aunque no fueran muy amigos, había veces que Dante se unía a Ione y sus amigos para fumar algo que no era ni fruta ni tabaco. Y si era cuestionable la buena relación entre los hermanos García, sabía que la tan sola idea de que Coral fumara la planta de la risa, a Ione no le sentaría bien. Pero estaba seguro de que la chica no era tan tonta de creerse de que su hermano no había probado ni un cigarrillo.
– Podemos fumar sandía o cereza. – propuso nuevamente Dai – El de cereza es un poco fuerte pero está bastante bueno.
– Jamás he fumado en una cachimba – reconoció Coral con una amplia sonrisa.
– Eso se puede arreglar – le dijo Yong, quien poco tardó en captar la asesina mirada que le dirigía el hermano de la chica – O no. Dante, yo que tu lo dejaría para otro momento.
– ¿Por qué? – preguntó este, ajeno a lo que ocurría – Estaría bien fumar un poco de cereza mientras vemos la amanecida.
– Voto por ir en busca del lambrusco y de los vasos – se ofreció Jonás.
– Yo voy contigo – dijo apresuradamente Ione y se dirigió al resto del pequeño y extraño grupo – Coral ¿Llevas el móvil? Te llamaré cuando salgamos de la tienda.
– ¿Dónde piensan comprar la bebida? – preguntó Dai – Que yo sepa ningún local vende a partir de las diez y media.
Yong y Jonás sonrieron:
– Eso nada… se hace una visita a Toti Tun Sun. – respondió con simplicidad Ione, aunque en el fondo, esperaba que semejante personaje estuviera en su casa.
Pero a Dai, la idea de visitar al suministrador más joven de bebidas alcohólicas de Bahía Blanca lo ponía de mal humor. Detestaba ha aquel chiquillaje. Si te dijera que ni él sabía el motivo…
Pero yo si. Y te dejaré con la intriga.
No sigo relatando lo que ocurrió después de que aquel pequeño grupito se separase. Me interesa que sepas lo que pasó minutos después….
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