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- publicado el 07/06/2011
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Suicide Club; antes de hacer un cortometraje lea las instrucciones o consulte a su médico de cabecera
Suicide Club.
Capitulo 1. ¿Cómo llegaste a ser directora?
«Lo bueno del cine es que durante dos horas los problemas son de otros. Por eso me encanta.»
Nota de la autora; cualquier parecido con la realidad es pura casualidad:)
Todo empezó el verano pasado, cuando saqué de nota media una cifra de la que soy muy humilde de no alardear. Desde que estudié el bachillerato de arte supe que quería estudiar en La Laguna Historia del Arte para transmitir mi pasión sobre las obras de Tiziano, Miguel Ángel, Da vincia turistas de todo el mundo… pero la vida da muchas vueltas… En mi caso fue la coacción de mis padres a estudiar un ciclo superior con el pretexto de:
– No vamos a pagarte una carrera que no te servirá de nada el día de mañana.
Y yo le respondí:
– ¿Y porqué le dejaste a Joel estudiar Historia?
– Porque por aquella época no había crisis – acertó a contestar mamá – Nayra, ahora son pocas las carreras que tienen salida y más si has sacado el bachillerato de arte. ¿Por qué no pruebas con un Ciclo Superior?
– Sacaste muy buena nota en Imagen y Sonido – intervino mi hermana mayor – Creo que hay un ciclo de eso en el Politecnico.
– ¿Eso para que sirve? – preguntó Joel, mi otro hermano.
– Creo que para hacer cortos y esas cosas – le respondió mi hermana – Vamos, eso es lo que me ha dicho Duna.
Mamá sonrió:
– ¿A ti no te gustan tanto las películas? ¡Deberías probar algo de eso!
– Una cosa es que me gusten las películas y otra que quiera hacerlas – le contesté con susceptibilidad – ¡Quiero hacer Historia del Arte!
– ¡Ya coño con la niña! – exclamó papá – ¿Por qué se empeña esta juventud a estudiar algo que no tiene salida?
– Se llama amor al arte, papá – le dijo mi hermano con sequedad.
– ¿Y por eso tu doctorado me cuesta más que tus cinco años de carrera? – respondió mi padre con tono despectivo.
Después de aquella discusión se avecinaba una hilera de acontecimientos en mi vida… un nuevo instituto, una nueva clase, un nuevo círculo de amigos y una nueva relación. Hasta entonces, yo siempre había sido ese tipo de persona que no entablaba una estrecha relación fuera del compañerismo, pero aquel año académico fue una excepción porque creí que había topado con gente que yo creía que era de confiar… Pero como ya te dije, la vida da muchas vueltas y por eso tarde o temprano te das cuenta que te has equivocado… sobre todo con esa persona qué crees que no te traicionará o que es como tu la has idealizado… Ese fue mi error; confíar.
Siempre hay algo de lo que arrepentirse… de lo único que me arrepiento es en haber confiado en él y sus camelos… en haber tomado en cuenta sus comentarios… porque gracias a eso peso 51 kilos… No debí hacerlo… pero lo cierto es que si no lo hubiera hecho no estaría donde estoy ahora; en la reunión más importante de mi carrera académica y que marcaría mi futuro profesional. No sé si Claudia y Eloy han hecho bien dejando este cortometraje a mi cargo… aunque creo (espero que no sea así) que ha sido porque realmente sienten lástima por lo que me acababa de pasar. Y aquí me ves; delante de un grupito de gente en un lugar sobrecargado de aburrimiento, estrés, irritación y las pocas ganas de estar ahí.
Me asusta la mirada inquisidora de Diana, la directora de producción, la cara soberbia de María la directora de iluminación y la cara de aburrimiento de los chicos de sonido. ¡Que se fastidien! A mí tampoco me hace demasiada gracia quedarme después de comer… pero es lo que hay ¿No? Prefiero adelantar las cosas que dejarlas a última hora… Además, creo que los de sonido no se sienten muy molestos por estar aquí a dos semanas de sus exámenes. Aunque entiendo la cara de mala ostia de la de producción… por el examen-cruxificción de Elias y tal…Y bueno… por la de iluminación no me preocupo… siempe la he visto con esa misma cara de comer chochos agrios.
– ¿Empezamos o que? – pregunta Diana con un tono poco amigable – Tengo cosas que hacer ¿Sabes?
– Y nosotros – respondió un chico de sonido; el único coreano que recordaba haber visto en el instituto – Pero no te preocupes por eso – añadió dirigiéndome una sonrisa.
Le devolví la sonrisa… y me di cuenta que hacía tiempo que no sonreía.
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Es un… buen relato, pero le falta algo de cuerpo; ponerle algo que llame un poco más la atención o detalles del porqué de la depresión de la personaje.
Por otro lado, debes tener cuidado con los diálogos, separarlos bien, y poner uno bajo el otro para que se diferencien (claro que puede ser un error de la computadora que estoy usando: de ser así, omite eso y ofresco disculpas)
Para no extenderme: Tiene potencial, pero deberías trabajarlo más