Al Borde
- publicado el 29/01/2011
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Entre la rabia, el odio y el placer
No importa la rabia que sentí en el momento de la huida, el sentimiento homicida que se adueñó de mi cabeza y que me pedía que tu sangre invadiera mis manos; o las ganas de cortarme las venas cuando me enteré del engaño.
No importa sentir la oscuridad que invade mis pupilas cuando te veo de otra mano que no sea la mía o las ganas de darle con un fusil en la cabeza y hacer que todo esto acabe,…
No importa que después de todo seamos solo amigos, que me pidas no cambiar y que sientas pena cuando piensas en lo que hubiera sido hace tres meses, cuando él aún no existiera.
No hace falta que te explique el lugar en el que ahora se encuentra mi corazón, aquel que ha sentido cómo alguien sin consideración lo ha tirado por la borda.
No me pidas que seamos solo amigos.
Odio pensar en tus labios y no tenerlos cerca de los míos.
Odio pensar que estás con otro que no soy yo.
Odio la imagen de tu sonrisa si no es producida por una caricia que yo te entregue, si esa sonrisa no supone un momento en el que compartamos nuestro amor junto al fuego de una chimenea que acaba de ser encendida.
La desesperación se desvanece cuando te tengo a la distancia de un susurro, a esa distancia que solo es sobrepasada por nuestros labios para compenetrarse entre ellos en un húmedo beso, uno de esos que nos dábamos cuando estábamos a solas a la luz de unas velas.
Odio pensar que sin mi eres feliz, que el otro te puede dar más de lo que nunca me dejaste darte ninguna vez.
Odio suplicarte que vuelvas a mis brazos para poder protegerte de los males, que vuelva bajo la protección que nunca debiste dejar, y que aún así me ignores.
Pero aún así, te quiero.
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Esta vez esperaba algo más. Quizás porque no es el género que más me va, pero me ha parecido algo simple. La idea no es mala, cómo usas la contradicción odio/amor, pero me hubiera gustado algo más original. Quizás dándole una vuelta de tuerca más, entremezclando más esos sentimientos contrarios, y no dejando el te quiero sólo al final.
Estoy de acuerdo…
Quizás es porque nosotros tendemos a darle un giro inesperado al final para que el realto coja fuerza, quizás esa «sorpresa» le falta a tu relato.
A su favor diré que las frases están cargadas de mucho más sentido del que aparentan y que la forma de escribir es más que correcta. También me gusta la dualidad obvia de todas las frases.
Muchas gracias por comentarme.
Tienes razón lascivo en el punto de que si, me falta un gancho en el final, me falta un toque que no le he sabido dar.
Está más que claro que el sentimiento con el que cargué cada coma de este cuento, cada letra, es más que contradictorio y a la vez muy pesimista, y quizás lo que te pasa Lascivo es que, como bien dices, este no es tu tipo de literatura y no has sabido encontrar el punto que está escondido.
Me encanta que me digáis en que he fallado o acertado, puesto que estas opiniones son muy buenas para poder seguir en la escritura, ya que todo lo que me decís lo tomo en cuenta en mis relatos, ya que el buen escritor siempre apunta lo que el lector le indica.
Respecto a las formas de escritura, Reve, yo no soy ningún sabio de la lengua y no sé si esto está bien o mal, simplemente sé que me gusta como lo hice, y me alaga que te haya gustado.
Un saludo a todos, nos leemos¡¡
me alegro de que te gusten los coments. Igualmente, te animo a comentar los relatos de los demás.
Un saludo!
No lo dudes