Rehén
- publicado el 28/10/2008
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Kilómetro 666.0 3 de 3
El coche sigue sin arrancar, pero ella lo intenta. Poco después, enciende las luces de cruce, pero no ve nada aparte de los espectros semigaseosos que dibujan los haces de luz.
Pasan varios minutos interminables. Intenta llamar con el móvil, y la luz lechosa que proyecta, le permite ver que la ventanilla del copiloto está totalmente empañada. Ni el parabrisas ni la de detrás, la del copiloto. Sólo la del copiloto. A decir verdad ni siquiera se ha dado cuenta de ese detalle.
Pasa el tiempo llorando, asustada y sin saber qué hacer. No se da cuenta de que la ventanilla del copiloto se desempaña. Mira el móvil. Sin cobertura. Le da al contacto. El coche arranca.
¿El coche arranca?
Abre los ojos como platos y acelera. Pero no controla bien el embrague, el motor da un empujón y el coche se cala.
-¡Joderrr! -Arranca de nuevo y acelera tanto como puede. Tiene que guiarse con los árboles que rodean la carretera, porque la niebla es una capa lechosa que cubre el asfalto.
Las ruedas pasan por encima de algo y los amortiguadores suenan ¡POM! ¡POM! Pero no le importa, sólo le quedan diez kilómetros para llegar a casa, así que acelera, con las manos sudorosas y un nudo en la garganta.
Cuando llega a casa, se lo cuenta a sus hermanas y a sus padres, aún alterada.
Ella no ve las noticias, así que al día siguiente no se entera de que la Guardia Civil investiga el atropello de una señora en la CL-216.
Semanas después se archivó el caso porque el atropello había sido posterior a una muerte que, al parecer, se produjo por un paro cardíaco repentino. Sin embargo, al registrar la casa de aquella mujer se encontró por casualidad la cartera de un escritor británico cuya desaparición había sido denunciada muchos años antes. ¿Estaba aquella mujer implicada en este hecho? Nunca se encontraron más evidencias.
La chica no le dio más vueltas, en ningún momento pensó que hubiera ocurrido algo que escapaba de sus explicaciones racionales.
Quizás fue una casualidad.
Quizás algo relacionado con un número, probablemente incomprendido, y una ventanilla empañada, le protegió aquella noche.
Todo es cuestión de perspectiva. Y de los detalles omitidos.
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si, todo depende de cómo se mire… cuántos detalles habrá omitido para no percatarse de nada, no se da por aludida la chica?? ;). Me ha gustado, consigues que nos metamos en la historia
«Las ruedas pasan por encima de algo y los amortiguadores suenan ¡POM! ¡POM! Pero no le importa»
xDDDDDDDDDD
Me ha gustado mucho, soy tu mayor fan ^^
Pero creo que estaba bastante mejor el ganador del concurso de terror… He echado en falta que fueras con más calma. Te lo comenté en otro capítulo.
Un saludo, Xplorador!