Bailar hacia la nada.

Paisaje agreste de piedras mordidas.

En mi baile mastico guijarros y piso la tierra,

la tierra paciente que espera cubrirme, arropar mis huesos.

Pero mis huesos no quieren ni pisar la tierra,

luchan por salir de mi cuerpo y alejarse,

de la finalidad hueca, cáscara de negrura.

 

Pero hay que encerrarlos, resignarlos,

ordenar que esclavicen la carne con sus tendones.

y acostumbrar al esqueleto a la pesadez de la caida.

Se debe hacer a la tierra blanda,

a la tierra que anuncia su hechura,

cráneos, humedad derramada.

 

Y la carne ruge y se encoge por el agua,

sabe que es comida que come,

y lo único poroso, lo único que sabe que existe,

son las otras carnes, que en sus ansias se quieren mezclar,

que se quieren separar del esqueleto que las condena,

a vivir el infinito absurdo que la vida ha dispuesto.

 

A bailar.

A bailar sobre la arena blanca.

A bailar sobre el aliento inservible.

A bailar sobre la tierra hacia la nada.

mcmurphybromden
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1 Comentario

  1. bertcarfer dice:

    No soy yo mucho de poesía pero ¡esta me ha gustado! Me ha encantado la frase/idea «ordenar que esclavicen la carne con sus tendones»

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