Motín
- publicado el 13/05/2015
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Romper
Le cambió la cara. Su mirada era sombría. No había rastro, por pequeño que fuera, de alegría en su rostro. Sin saber muy bien qué hacer, se aventuró.
– ¿Estás bien?
-Yo lo único que quiero es no romper a llorar
-P’, pero, si ya estás…
– Sí. Pero todavía no me he roto.
– Puede que no sea el mejor momento para preguntar esto pero: ¿cuándo rompes a llorar?
– Para mí romper a llorar es cuando me falta el aire, cuando tengo un vacío en el pecho, un vacío insalvable, insaciable; es sentirme pequeña, “bajita”, insoportable; es querer que el mundo pare para poder bajar; desear la nada absoluta con tal de parar la angustia…
– ¿Te puedo ayudar en algo? No quiero que rompas a llorar.
– Aún no se cómo parar este proceso pero es una conducta, fisiología pura. Algún día sabré parar a tiempo. O eso espero.
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¡Con lo sano que es llorar de risa! O de alegría. Pero nos empeñamos en llorar de otras formas.
¿Se puede llorar de miedo? ¿Vergüenza?
Por una cosa o por otra, incluso por tristeza, creo que llorar siempre es bueno. Tiene un que te renueva, que en cierto modo, te cura.
* Tiene un «no-sé-qué» que te renueva, que en cierto modo, te cura.
(se lo comió al publicar y no me deja editar)
Si Winston, a veces llorar es un proceso de catarsis necesario (o eso defendería más de un freudiano XD)
Cuando se llora de risa las lágrimas brotan, son como el rocío sobre la hierba. No se rompe a llorar de risa (aunque si se puede romper a reir a carcajada limpia).
¿Se puede llorar de miedo o de vergüenza? Supongo, el llanto llega cuando hay algo que trastoca, que revuelve… Se llora de rabia, no veo por qué no se puede llorar por otras emociones. También se llora de alegría, ¿no?