Humor trágico.

Aquí recojo las circunstancias que se relatan de los últimos momentos de la vida de Pedro Muñoz Seca, poco antes de ser fusilado: «Humorista de ley hasta los últimos momentos, dirigió estas palabras al pelotón de fusilamiento: «Podéis quitarme la hacienda, mis tierras, mi riqueza, incluso podéis quitarme, como vais a hacer, la vida, pero hay una cosa que no me podéis quitar… y es el miedo que tengo». Cuentan que los soldados que a la postre lo fusilaron le pidieron perdón por lo que estaban obligados a hacerle, es decir matarlo, pero parece ser que él fue quien los consoló diciéndoles que estaban ya perdonados, que no se molestaran… «aunque me temo que ustedes no tienen intención de incluirme en su círculo de amistades»».

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