El último paseo
- publicado el 30/10/2017
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El Anciano Exmilitar
Casa desbaratada, de paredones amurallados, dicen que perteneció a un antiguo teniente de la fuerza armada, que quedó solo, porque de sus dos hijos, uno murió arrollado por un camión de concreto, al zafarse de la mano de la niñera, nunca más se supo de esta última, al parecer se radicó en México, según los rumores, el otro hijo se fue a vivir a Cuba para sentir de cerca la identidad política diferente a la de su padre. Magnus Watch Sarmiento. Hombre de 1.67 metros, de panza prominente a sus 68 años, su calvicie era muy extraña, poseía cabello arriba pero a los laterales estaba completamente pelón, tanta era su rareza que la gente en la calle pensaba que usaba un estúpido peluquín o que era un corte que se hacía pretendiendo estar a la moda. –Que vejete tan feo, decía Lina, la hija de sus vecinos de al frente, que se mudaron hace tres semanas. Su padre Matías Turner, un alto ejecutivo vendedor de piezas mecánicas para automóviles y su madre una esmerada ama de casa que tenía todo pulcro en extremo, no terminaba de servir un café cuando lavaba ya la cafetera y la cucharita con que le echaba el azúcar. A Magnus siempre le gustó la señora de Turner, la observaba cuando ella cortaba la maleza con aquellos pantaloncillos ceñidos que la asemejaban al agacharse a una tigresa en celo, Lina a diferencia, le parecía tonta e incipiente, una chica pálida, alta con figura de garza, completamente con el físico de una vara, su cara llena de granos, aunque bonita y altiva en su mirada. La casa de ellos se distinguía por ser de fachada moderna, dos plantas, techo en forma de v, como un chalet, un jardín lleno de flores de diversos tipos, rosas blancas y rojas, petunias, claveles, cayenas, jazmines, también sembraron unos cactus símbolos del éxito que otorga la constancia, según su padre, ya que, estos permanecen desafiantes al paso del tiempo y de las dificultades como la sequía y el calor, transformándose después en una de las más llamativas flores. Magnus una mañana a las 10 se acercó a la señora de Turner. –Si yo fuera piernas no me cansara de sostenerla, le dijo. –Hola señor Watch, ¿cómo está? –Yo ando viejo pero todavía puedo podar el árbol cuando lo quiera. –El único que poda los árboles es mi esposo, anciano pervertido. Magnus le dijo que hasta el sano se enfermara si le viera las delicadas pantorrillas, por lo cual la señora de Turner se marchó enojada a su casa tirando el portón como si quisiera lanzárselo a la cara. Tocan la puerta del señor Watch a las 6 horas, que al abrirla se consiguió a Matías. –Anciano decrépito, vine a advertirle que deje en paz a mi esposa o se las verá conmigo. –Quien tiene tienda que la atienda, contestó Watch. Matías lo cogió de la solapa y levantándole, lo arrojó contra el mueble, que amortiguó el impacto del anciano. –Váyase de mi casa antes que se arrepienta, está en propiedad privada. Matías se alzó para restregar su mayor estatura, acercando su tórax a la cara del anciano. –Te arrepentirás de haberme humillado en mi propia casa. –Usted empezó primero, si vuelve a molestar a mi esposa, le ira peor. Cuando llegaba a la puerta para retirarse de la casa, un dolor intenso se le hizo insoportable en el coxis, sintió un frío metal atravesándole el cuerpo, sus quejidos de dolor eran desconcertantes, se oyó como cuando sacrifican a un cerdo a punta de puñaladas. Se derrumba en la alfombra mohosa de la sala del señor Watch. Al ver hacia arriba, el anciano aparentemente inocente se reía maquiavélicamente y cerrando el portón, sacó un cuchillo ensangrentado en su extremo, de 75 centímetros de alcance. Matías trataba de levantarse y se caía, se presentaban espasmos en el cuerpo, como si tuviese una terrible fiebre por gangrena. –No sigas luchando, no te podrás parar, dijo Watch. Intentó gritar y solo balbuceaba, comenzó a salir baba con viscoso y pegajoso aspecto, como si el organismo procurase expulsar veneno. –Es una droga muy fuerte, te dije que te salieras de mi propiedad y no quisiste, ahora no hay apuro, maldito engreído del demonio. Clavó en la pierna 35 centímetros del cuchillo, el dolor de Matías se reflejaba en los involuntarios movimientos de la pierna herida y sus gestos de terrible espantó y agonía. La sangre se esparcía por el suelo lentamente. El anciano comenzó a lamer como si fuese un perro con sed el asqueroso líquido del cual iba perdiendo la vida su rival. Soy vampiro atrapado en cuerpo de hombre. –Es absurdo pensaras, pues no Turner, hoy rogarás a Dios para que no me coma lentamente a tu esposa. El vendedor de seguros aterrado sin poder decir nada, no comprendía como un vampiro ahora comería carne, era peor de lo que hubiese pensado. Retiró Magnus el arma de la pierna de su inocente víctima, aplicó un torniquete con una tela vieja mugrienta como pañuelo de mecánico y detuvo momentáneamente el sangrado del coxis con un parche que almacenaba en un botiquín médico, para las heridas. Lo colocó en el cuarto de invitados, arrastrándolo poco a poco. Un nuevo golpe a la puerta, le hizo salir, era la adolescente Lina. –Buenas noches señor… -Watch señorita, ¿qué quiere? –Vine a buscar a papá, mi madre ya le tiene la comida lista. –dile por favor a la zorra de tu madre, que tu padre está admirando mi colección de medallas en el cuarto de huéspedes, que vaya a lavarse el orto, que no moleste. Un nuevo portazo cerró la puerta a dos centímetros de la cara de Lina, que estupefacta ante la situación, no se le ocurrió otra que devolverse a casa y contarle lo ocurrido a su madre. -¿Qué se cree ese viejo ordinario? –Voy para allá, tu padre debió salir y golpear a ese loco. –Mamá voy contigo. –No, tú te quedas aquí. La señora de Turner no quería que su hija viese como insultaba a ese anciano: -ya se las verá conmigo, también Matías por permitir la situación, pensaba y golpeando la puerta con todas sus fuerzas, nadie le abría. Continúo golpeando y hasta le dio unas patadas. -¿Qué desea señora de Turner?
– Mujerzuela será su difunta madre, Matías ven para acá inmediatamente. –Su esposo está con mi prima Tati, ella es bailarina exótica y anda enseñándole un baile artístico. Las pupilas de Mar de Turner se expandieron, le dio un empujón al viejo que se agarró del marco para evitar caerse. Mar buscaba en cada cuarto tirando las puertas. El de huéspedes es el del fondo a la izquierda, dijo Watch. Cuando Mar gira el pomo y patea la puerta, pega un grito de pavor. –Muévete mal nacida ramera, decía Watch con una pistola con silenciador. –Por favor no me mate, déjenos ir, suplicaba Mar. -¿Ahora si me tratas con respeto? Mar lloraba temiendo ahora lo peor. El vejete le amarró los brazos contra la madera de la cama y las piernas separadas a los otros extremos, le tapó la boca con cinta rústica de construcción y tomándose un poderoso fármaco procedió a vejarla frente a su marido. Matías fue agarrando un viejo cortaúñas que llevaba en su bolsillo, con la pequeña navaja al observar que Watch cerraba sus ojos de placer por momentos, calculaba el tiempo y lo fue pasando por la trenza de las botas de militar con que lo había amarrado. Watch bufaba de gozo, mientras su víctima solo lloraba de humillación. Al culminar su faena, Matías se colocó el accesorio debajo del trasero. –Solo falta tu hija, jajaja. Matías se hacía el débil y derrotado, buscó decirle algo balbuceando, aunque ahora se sentía más fuerte. –No desesperes, ahora si tan sabrosa esta tu esposa, como será tu virginal hija. Salió de la casa un momento con el arma oculta en un bolsillo del chaleco negro. Esta vez fue Watch quien tocaba la puerta de la casa de los Turner. –Hola niña, tus padres te mandan a llamar. –Usted insultó a mamá. –Has de haber oído mal, tu madre y tu padre están cenando en mi casa y quieren que vengas para que te disculpes conmigo, allá te esperan. Watch se retiró nuevamente a su casa demostrando seguridad. Lina andaba enojada, como era posible que su mamá le creyera más a ese señor que la insultó que a su hija. Fue detrás de él y poco antes de cerrar la puerta, Lina le detuvo: -Espere, voy a hablar con mamá. –Te dije que están cenando. -¿No puedo entrar? ¿Fue usted quien me llamó no? –Mira niña, no quiero problemas, si te vas a quedar tranquila te dejo pasar. –Le prometo que no discutiré con usted, pero no voy a aceptar que mentí por que quien miente eres tú. Watch le propuso que dejaran el tema así y admitiesen que se trató de un malentendido. Ingresaba a la casa, sentía un miedo sin saber el porqué, el inmueble parecía un acogedor castillo de menores dimensiones. Observó las fotos donde aparecía Watch al lado de un tanque de guerra, joven, delgado y con semblante de héroe norteamericano. –Señor Watch, ¿Ese es usted verdad? –Así es, hace más de 40 años, fui el oficial que comandaba el tanque de guerra, Armarion 257 de la brigada americana.
–Lucía usted muy apuesto.
– ¿insinúas que ya estoy viejo? –Bueno es que debe entender que ahí era más joven. Tomó Magnus el teléfono celular, ¿qué salieron un momento?, aquí está su hija, ok le diré que vaya a la casa. Lina mostró cara de sorpresa. –Señorita, sus padres salieron a comprar un remedio para tu mami, se disculparon y dijeron que vinieran todos a las 8 de la noche mañana. –Está bien, gracias por su tiempo. Al girar para abrir la puerta unas manos fuertes le taparon la boca. Se sintió debilitada y observaba una sustancia blanquecina como talco, todo le daba vueltas alrededor. Trató de correr y se cayó en la sucia alfombra. Watch la llevaba al cuarto donde estaban sus padres, al tener la damita un vestido corto, se le veía la blanca ropa interior lo que le plació al antisocial observar más detalladamente aquello que disfrutaría en breve. Un punzante dolor sintió en su nalga derecha, desequilibrándose hacia el mismo lado y retirando una pequeña navaja de cortaúñas, observó a su izquierda un batazo que venía hacia la cabeza. Sintió como que fuese un trombón que golpeaban duramente para que sonara mucho. Por primera vez tuvo miedo, ni siquiera en la guerra de Vietnam, donde vio a muchos de sus soldados caer en las balas de sus enemigos, había interiorizado tanto temor. Paso Watch de ser tenebroso espanto a domado potencial asesino, de cazador ha cazado, de victimario a víctima. Un segundo golpe en la frente le hizo desplomarse, acabándose su existencia. No pudo ver quien lo asesinó, como las circunstancias cambiaron sin lógica explicación. Se acercó el asesino a la niña, ella notaba borrosamente una figura femenina, que llorando le abrazaba y procuraba cargarla. Cuando despertó de lo que parecía una pesadilla, estaba en la horrenda casa con su madre. La policía interrogaba a Lina y unos paramédicos la llevaban con una camilla hacia la ambulancia. Su padre iba en otra al lado.
– ¿Papá que ocurrió? Preguntaba casi inaudible. –Hija, el señor Watch trató de matarnos, Dios es grande que me permitió quitarme las trenzas con que me amarró al irte él a buscar, desaté a tu mamá y ella con el cortaúñas le esperó detrás de la puerta cuando sintió que iba en la sala, como escuchó que te retirabas dándole la espalda, se arriesgó y fue a atacarle para salvarnos. La ambulancia recorría un amplio trayecto, padre e hija se durmieron, la noche fue agotante, aunque no llegaba siquiera a las 10 pm. Despertó Matías 12 horas después, al mirar hacia abajo le habían amputado la pierna que hasta hace rato andaba herida. Lloró mucho, más que cuando tuvieron que colocarle de niño 12 inyecciones porque lo mordió el perro del vecino. La vida le cambió en un instante, por defender la dignidad de su hogar, de lo cual no se arrepentía. -¿Dónde está mi pierna?, gritó al doctor. El médico era un hombre despeinado con cara de científico que no duerme para no dejar de aprender.
–Señor Turner, sufrió una infección, que por poco acaba con su vida, de no haberle amputado el miembro inferior, usted estaría muerto. Matías se sentía desdichado, ahora su vida como profesional se vería afectada, su rol como esposo y padre, los partidos de softball de los fines de semana alternados. Parecía prestar atención al médico, mas las palabras que vinieron no tenían importancia para él, quería su pierna de vuelta, no era realidad lo que ocurría, despertaría de esa horrenda pesadilla. –Tengo otra mala noticia señor Turner. Las probabilidades de que pueda volver a caminar son desalentadoras. –Claro me falta una pierna, pero aun así con una prótesis… -No se trata de prótesis señor Turner. -¿qué me quiere decir? –Su columna vertebral debido a la herida en el coxis, se vio afectada, por lo que presumimos que puede quedar parapléjico. Matías no dijo nada, quedó en silencio, no quería pensar, solo aislarse del mundo para tratar después de dormirse y despertar, de dilucidar lo que es cierto y lo que solo es un espejismo.
-Por otra parte, el médico tratante del caso de su hija, tiene que hablar con usted y su esposa, ella ya está en la sala y… -No es cierto, dígame que no es verdad… Matías reconoció la voz de su esposa, que delataba gran pesar. –Déjeme ver a mi hija, hágame el favor. -¿qué ocurrió doctor? Preguntó Matías. –Señor Turner dadas las circunstancias, le diré lo que sucede y créame que lo lamento mucho.
–Hable ya doctor. –Su hija falleció esta mañana, la droga que recibió se introdujo en su sistema circulatorio al cortársele una de sus fosas nasales, ocasionando una reacción alérgica, que generó una especie de coagulo, alojándose en el pulmón izquierdo destruyéndolo, con el consiguiente paro cardíaco.
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