El estudiante de camiseta a rayas azules

El estudiante de camiseta a rayas azules lleva una vida de lo más ordinaria. De lunes a jueves atiende puntualmente a sus clases en la facultad de economía y los fines de semana se gana unos euros trabajando como camarero en un pub local.
Sin embargo, su vida dio un giro casi teatral cuando un día amaneció con los pies borrosos, o mejor dicho, prácticamente transparentes. Su sorpresa fue todavía mayor cuando comprobó que ésto no le impedía caminar, por lo que siguió con su vida sin la menor variación. Nadie le echaba en cara que no tuviera pies ya que con la ropa y los zapatos no podían notarlo, y además, vivía solo.
Fue una tarde, comprando tomates en el mercado, cuando pasó su peor crisis. Al extender la mano para pagar al tendero descubrió que no tenía dedos, pero actuó muy rápidamente y dejó caer las monedas para inmediatamente meter las manos en los bolsillos sin que nadie pudiese apreciar su condición fantasmagórica. Esa misma noche, ya en su casa, no encontró en el espejo más que a su ropa vistiendo la nada.
Sus compañeros de facultad no le echan de menos y desaperciben su presencia en las clases de estadística. Los compañeros del trabajo ya le han reemplazado, ignorantes de que es un fantasma desnudo el que arrasa el bar y no los nuevos candidatos al puesto.
Nada ha cambiado profundamente en su vida aunque a menudo me comenta que sí extraña poder caminar las calles en línea recta y que también le gustaría volver a tener una conversación coherente.

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