Ir al cielo y volver

La cena se enfríaba en la mesa: sopa de mal humor, discusiones con patatas y de postre, un silencio más frío que el iceberg que hundió el titanic, mientras cenamos la miro y me preguntó donde estará la niña inocente de la que yo me enamoré. Muerta sin duda, la han asesinado las discusiones y los problemas cotidianos, su corazón ya no me ama y se ha convertido en una bruja. Fue entonces cuando me di cuenta que se había acabado, que ya todo era falso, presentí que pronto lo dejaríamos, que del cielo habíamos bajado al infierno.

Ave Fenix
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