Adhalion

Y he aquí que el príncipe nació fuerte y sano, y lo llamaron Adhalion, Mirada del Alba, pues sus ojos eran claros como un amanecer y la oscuridad abandonaba los corazones cuando el niño reía.

Y he aquí que Adhalion creció alto como el pueblo de su padre y hermoso como el pueblo de su madre, y las gentes se regocijaban y decían: «¡Los Aruvë guarden a nuestro príncipe amado! ¡En amado rey ha de convertirse!».

Pero, ¡ay!, he aquí que un día Adhalion la vio, y su mirada se oscureció para siempre.

Lola Basavilbaso
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1 Comentario

  1. Francisco Solanes dice:

    Muy bueno, tenés mi like 😉

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