La caída del guerrero

La brisa fría recorría sendos caminos de sangre hasta llegar a su nariz y su oído. Tendido en el suelo, unos pies enfundados en armadura pasaron junto a él y se detuvieron. Es el fin. El cielo ahora se volvía de un blanco tan intenso que casi no podía ver. De repente azul de nuevo, el sonido de la batalla crecía gradualmente, el dolor amainaba. Pudo erguirse hasta quedar sentado y entonces la vio: su ángel guardián, la sacerdotisa más bella del templo le había salvado la vida. Lucharía un día más, por la ciudad de Ecra, por sus hijas.

ToskoKozlov
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3 Comentarios

  1. Yllia dice:

    Muy buen relato, me encantaría leer más sobre este personaje…

    1. ToskoKozlov dice:

      ¡Gracias!

      Pues si todo va bien (y a partir de ahora tendré más tiempo) escribiré más sobre esto, tengo muchas ideas en la cabeza.

  2. Irene Sanchez dice:

    ¡¡Estoy de acuerdo con Yllia!! Muy buen texto.

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