Lágrimas de sangre.

Pero esta vez, ella lloró lágrimas de sangre, por los pecados cometidos por todos.

El párroco corrió a recoger sus lágrimas en una botellita. No podía dejar escapar la exclusividad de su virgen y si podía hacer negocio, mejor. No era lo mismo, lágrimas normales que las de sangre.

Su virgen era la más antigua de la que se tiene constancia, apareció allá por los albores de la humanidad y, según cuenta la leyenda, cuando llorase lagrimas de sangre todo se extinguiría. Pero mientras tanto el negocio es el negocio…

Ma Dolores Alvarez
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