Nunca antes había recorrido un sendero como aquel.

            El camino lo engañaba, se transformaba en bosque, serpenteaba, se bifurcaba, se aceleraba y lo hacía caer en pendiente. Por momentos parecía sosegarse hasta que una nueva vertiginosidad comenzaba.

            Estaba confundido.

            Con cautela, siguió transitándolo absorto.

           Su incipiente conciencia de primer célula humana le decía acertadamente que aquel sorprendente y original camino  lo llevaría de regreso a su vida  después de cuarenta semanas.

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Camila

Escritora de innumerables cuentos, sin títulos academicos que avalen la imaginación.

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