El verdadero mundo.

Abrió los ojos al mundo.  No al de los hombres malvados, si no al mundo del cielo mezclado con la tierra, al mundo donde el aire trasporta, como en un susurro, las risas de los niños que juegan escondidos en las nubes, al mundo de criaturas hermosas  cantando felices por los siglos, al mundo de la luz sin sombras, de la llama eterna que no quema; abrió sus ojos mientras su cuerpo se convertía en ese mundo, fusionándose con las risas, con la música y con los colores, pues él era la vida y sin él no existía el mundo.

Daniel Montalban Citalan
Últimas entradas de Daniel Montalban Citalan (ver todo)

Deja un comentario

Tu dirección de email no será publicada