Alameda de Pontevedra

Volveré a pasear por tu alameda,

volveré a aspirar el suave aroma.

Todo parecerá igual que antes

pero todo será otra cosa, será ahora.

 

Sentiré bajo los pies la misma tierra,

miraré tus olmos verdecidos.

Oiré el bullicio que lejano

me recuerde otras horas y otros días

 

Me sentaré a fumar sobre tus bancos,

será la piedra que siempre he conocido.

Se parará el tiempo en un momento

me sentiré feliz y protegido

 

¿Cómo olvidar las tardes luminosas

cómo dejar de sentir la mansa lluvia.

Cómo podría dejar de sentir mío

lo que me hizo tan dichoso y tan querido?

 

Recorreré de nuevo tus paseos.

Sereno, despacio y absorbiendo

las sensaciones todas que me inspiras,

las emociones profundas de una vida

 

Caminarán conmigo mis amigos,

convocaré también a los perdidos

a los que ya recuerdo y polvo son,

a los que tanto quiero y he querido

 

Dejadme ver atardecer y mansamente

al sol recogerse con sigilo.

Dejadme sentir enamorado,

Dejad que el amor vaya conmigo

 

Me quedaré inmóvil y sereno,

me quedaré en el tiempo suspendido

será apenas un instante,

un momento intangible pero mío

 

Después me alejaré para seguir

caminando y desandando el camino.

Quizás no vuelva a tu alameda,

no importa pues ella va conmigo

 

 

Tengo tanto de ella allí vivido,

tiene tanto de mí y de mis amigos,

que separar lo uno de lo otro

imposible separar lo otro de lo uno

 

Hasta siempre espacio de mis sueños,

hasta siempre mi encontrada Itaca.

Resérvame un pedazo de tu suelo

en el reposaré cuando haya sido.

 

Stradivarius
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