Al verte en la cocina

 

Me despierto como amanece el niño

repleta de una culpa desatada

porque la cama se encuentra mojada

ávida como estoy de su cariño.

 

Con la caricia amante yo no riño

me siento en mi virtud, bien deseada.

He dejado en mi habitación atada

la astada con que a mi cónyuge aliño.

 

Vuelvo a casa antes del amanecer

con certeza de hacer bien lo correcto:

satisfacer mi deseo de  placer.

 

<<Engañarte refresca mi intelecto

¡Pareciera que solo fuera ayer

que el estar a tu lado era perfecto!>>

khajine
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