Genes de beduino

A cada murmullo del agua de las fuentes de plata

que circundan el tálamo de cristal que tu presides

oirás la queja, nueva y vieja,

de mi alma de cansado peregrino

 

Son veinte siglos de llanto continuado

de sollozos y amargor inconsolables

de dolor y luto universales

los que tienen mis genes de beduino

 

De las blancas dunas de tus pechos

al frondoso bosque donde libo

mi corazón y mis anhelos todos

pongo en pie con tu recuerdo

y lloro amargamente con tu olvido

 

No derrames más penas sobre mi alma

no castigues con más cadenas mi delito

que la culpa que expío y que me amarga

es la de quererte como te he querido

 

Doa

 

A Coruña 1997

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