Casi Ángeles

 

Tus manos recorren mi cuello,

Tu boca se roba mi aliento,

Tus ojos se beben mi alma;

Mi corazón acelera su marcha.

 

Tu dedo prudente y discreto

Avanza despacio, rosando mis pechos;

Mi piel erizada no me dice nada,

Se calla y percibe tu lengua agitada.

 

Tu cuerpo y mi cuerpo se hablan,

Se entienden sin decir palabra;

Se sienten, se tocan, se aman.

 

Y al llegar el día, la gente nos tacha

De impuras, de raras lesbianas;

Y tú y yo batimos las alas.

 

Alan del cid.

Alan del Cid
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