A la vez amanecemos y me «acurruco» en tus brazos,

los buenos días nos damos con un cariñoso beso.

Yo me bajo a la cocina, miestras que te desperezas,

te preparo el cafetito y te cuento las galletas.

Luego, en un «santiamén» apareces por la puerta

…arrastrando el pantalón, la chaqueta medio abierta,

los pelos alborotados… y los ojitos «a medias»

estás de «comerte» cielo… a un niño te me asemejas.

Te tomas tu café «corto», que a sorbitos te lo «alargas»,

me encanta verte, observarte… ¡ummm, me tienes embelesada!,

es tanto lo que te quiero, ¡estoy tan enamorada!…

que no me canso mi vida, de tenerte en mi mirada.

Luego te lees la prensa, mientras yo hago mis tareas,

te das una buena ducha y una vez te has afeitado,

te repeinas  te «acicalas» y yo entro… y me caigo de espaldas,

y te digo: ¡Qué guapo eres mi vida… cómo estás esta mañana!

Con los pijamas a «rastras», con los pelos despeinados,

con albornoz, con toalla y… ¡desnudo no hay palabras!.

Cómo me tienes cariño, parece que te pregunto…

y contestas muy «creído»: ¡locamente enamorada!.

Qué razón tienes «cabrito»… ¡ni se me nota ni nada!,

no disimulo «una pizca», no puedo… me delata mi mirada.

me tienes más que loquiña… mucho más que enamorada,

vas a acabar con mi vida, vas a acabar con mi alma…

En el vestidor te metes, mientras la ducha me lava y cuando salgo

y…todavía no estás listo, me sonríes, te sonrío y te digo:

¡anda, espabila «creído» que no vamos al casino,

que para ir al Mercadona no hacen falta tantas galas…

Me seco en un» periquete», espuma pongo en mi pelo y rizado me lo dejo.

Me visto con lo primero que «pillo»… un jersey de cuello alto,

pantalón haciendo juego, cinturón ancho de cuero y botines de tacón,

cojo el bolso y el abrigo y… Ya estoy «lista» para hacer los recaditos.

Vamos siempre de la mano, como si fuéramos críos

y ¡ qué bien nos lo pasamos!, nos reímos, peleamos

para ver lo que compramos, tú esto, yo digo lo otro…

¿para qué llevamos «lista» si nunca la hacemos caso?

Luego todo lo demás, lo que  «de sí», dá ese día…

la comida, la siestita y después el paseito, cogiditos de la mano,

hablándonos todo el rato, reírnos como chiquillos, ir jugando

a las carreras, al «pilla» y a lo que sea…

Sin importarnos «un pito», quién nos mire… quién nos vea,

me chifla que a nuestro paso la gente se dé la vuelta

y esperen que detrás nuestra venga el furgón de «loqueros»

para llevarnos de vuelta….que nos hemos escapado del psiquiátrico más cerca.

Luego llegados a casa nos «pegamos» un buen baño,

con espuma que se salga y si «se tercia» nos amamos un buen rato.

Nos ponemos ya el pijama, hacemos merienda-cena, dejo todo recogido.

tú te subes al estudio y yo en el salón te espero fumándome un pitillito.

Después de leer la prensa ó unas páginas de un libro, de escribir,

abrir la correspondencia, mirar extractos de bancos,  las facturas,

cómo «andamos de finanzas», en fín poner las cosas al día,

lees el ordenador y un correíto recibes, soy yo que te digo que aquí estoy.

Te sientas en el sofá,  en tu regazo me tumbo, tú me acaricias el pelo y

mientras yo te pregunto : ¿qué me vas a contar hoy?…

y siempre una historia tienes, sabes que me gusta oírte,

que de verdad te ocurrieron, me hablas de tí, de tu vida, tu familia

y yo mi vida, embelesada me quedo, como una niña cariño…

que se duerme con tus cuentos.

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