Para Conchita

Octavo plenilunio, 2014.

Querida dama:

Sé que no te has sentido bien últimamente, que los achaques matutinos cada vez son peores; cuanto lamento que lo sufras, quisiera lo disfrutarás como lo hago yo. Sería hermoso compartirte mi sentir; quizá aprenderías a amar el asco, tal como yo adoro la repulsión que me provocas.

Día con día me es imposible no maldecirte, cada mañana me despierto con la esperanza de escupir en esa tez bañada en paño, desaparecer esa estúpida dulzura enervante y ese halo de ternura del que todos hablan, pero que yo no entiendo; y lo que no se entiende se tiene que eliminar. Ir a visitar una lápida con tu nombre es el top de mi lista de deseos.

¿Creadora de vida te sientes? Animal eres, procreas para preservar la especie ¿No te da pena? ¡Cómo si el mundo estuviera para seguir recibiendo nuevos vástagos! Pareciera que tienes la firme convicción que cuentas con la capacidad de redimir la evolución, que lo que tú darás, valdrá la pena, disculpa que te lo diga, querida mía, por favor disculpa que sea yo, pero ¿Quién demonios te has creído? Si no puedes ni con tu propia existencia, y crees que concibiendo tendrás tu “borrón y cuenta nueva”, no mereces ni que te explique tu errónea manera de pensar. Aquí la demente eres tú, la inconsciente, egoísta y soberbia. Cobarde fémina dispuesta a reclamar su naturaleza… Debo ayudar a Dios… es mi deber liberar al mundo de profanas hembras. No puedes cambiar el rumbo podrido en el que transitamos. No eres nadie. Me sorprende ver cómo te pavoneas en vaporosas ropas que marcan más tu estado, tu circunferencia azulada a causa de las venas que se abren camino y que son recordatorio que tú dejas de ser lo que eras, a partir del momento que recibes a otro ser humano bajo tu custodia pierdes identidad. No hay nada que celebrar. Es un parásito que se mueve como si quisiera salir… y debería…ansío el momento en que tu carne se desgarre y brote de tus entrañas maligno ser, y mueras sabiendo que tu causa es perdida. Que será uno más en esa masa de vicios y pesares.

Yo me encargaré de quitarte toda esperanza, yo me encargaré de frustrarte cada día, de castrarte y llevarte al arrepentimiento puro. No soporto esta carga. Y en cuanto pueda haré ligero el viaje. Así que tú sigue entre juegos de cuidados infantiles que cuando menos lo esperes, en ese momento cumbre en que te empape la materia acuosa repugnante, yo estaré ahí, listo para absorberte cada respiro hasta que dejes de sentir, hasta que te vuelvas fría y pálida aún con sano corazón carmesí. Ridícula idealista ¿estás listas para enfrentar la realidad? Esa donde ese torito pequeño te corneé y te desangre poco a poco… Lo mereces y lo sabes… No es un adiós, sino un hasta pronto; el último trimestre está por terminar, lo sé, lo siento.

Atentamente

Caín

Colorina de Jayo
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