Amor verdadero.

Tanto visitante inesperado lo había alterado hasta tal extremo que no reconocía ni a sus hijos. Así que lo dejaron descansar para que se calmara y pudiera reconocer a su querida Juani.

Pero él ya sabía quien era su Juani. La amaba desde que la conoció siendo niños.  Sólo quería estar con ella y que todo lo demás desapareciese. Junto a ella no había dolor, había alegría. Era su rayo de luz que le guía por el buen camino. Sin su presencia todo sería caos y destrucción.

©M. D. Álvarez

Ma Dolores Alvarez
Últimas entradas de Ma Dolores Alvarez (ver todo)

Deja un comentario

Tu dirección de email no será publicada