«Los valientes también tienen miedo, pero no dejan que éste les domine.»

[…]

-Buenas tardes, señorita –dijo el policía, y Mike centró su atención de nuevo en Belle, quien pareció encogerse bajo su brazo, pero asintió- ¿Qué puede contarnos sobre lo ocurrido?

Ella permaneció callada, y miró al suelo.

-Señorita Phoenix, tengo entendido que usted es la ayudante del mánager general, ¿es así? –preguntó el agente, con suavidad. Belle asintió, pero siguió sin abrir la boca ni mirarle- Comprenderá que, si ha sufrido algún tipo de agresión, no podemos permitir que ese individuo permanezca cerca de usted, ¿verdad?

Otro asentimiento, y más silencio. Mike frunció el ceño.

¿Por qué no habla?” pensó, un poco frustrado. Quería salir de dudas.

-¿Belle? –susurró, dándole un ligero apretón. Ella le miró durante un segundo, y él pudo comprobar que estaba muerta de miedo.

 ***

Las palabras del agente dejaron paralizada a Belle. Por más que había intentado parar el torrente de recuerdos, no había podido, y aún estaba tratando de no llorar, tanta era la angustia que sentía. El abrazo de Mike hacía que se sintiera un poco mejor, pero no podía salvarla del pasado… Aquel horrible pasado, que tan aterrorizada la tenía en el presente…

Pasado… pasado…” Belle se repitió la palabra varias veces, y, al cabo de un momento, se dio cuenta de algo: el miedo era el centro de su vida anterior, y ésta había quedado atrás, por lo que no era posible que el miedo siguiera acompañándola. Y, por si eso no fuera suficiente, recordó también lo que había dicho Ricky un rato antes: “Esta puta no va a hablar…” Frunció un poco el ceño; la había calado desde el principio, había sabido que no iba a denunciarle… O eso creía Belle. Pero ella no era una puta, y estaba muy cansada de tener siempre miedo del pasado.

-¿Belle? –al oír la voz grave de Mike, ella le miró. Seguía teniendo miedo, pero se había dado cuenta de que tenía mucho que ganar, y poco que perder, si decía quién había sido su agresor, así que cogió aire, y señaló a Ricky con el dedo, a la vez que le miraba directamente a los ojos. Pudo apreciar, no sin cierta satisfacción, cómo la sonrisa de él desaparecía de repente

-Fue él –dijo, y su voz le sonó curiosamente firme- Intentó violarme, y Marshall lo vio y le apartó de mí.

[…]

Sarah Havok
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2 Comentarios

  1. Maggeena dice:

    Me ha gustado muchisimo =) Y el título es simplemente genial

    1. Sarah Havok dice:

      Muchas gracias 🙂 colgaré más fragmentos a medida que la avance.

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