De fe, café

El pianista golpea las teclas,

una a una.

El pianista escribe su música

sin acordes

acorde al plan. Retando al tiempo y los años sin crear.

El pianista es más calvo que la última

vez

que tocó.

El pianista cree no conocer la armonía,

iluso.

Piensa en sonrisas y golpea:

A, B, C,

D, E, F

y G.

No necesita más

para que deba, ceda.

Café, gafa, ¿algo más?

¡Acabad!

 

Afal Seguy. 8 de octubre de 2014

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