En el juego de la vida.

En el juego de la vida
juega el grande juega el chico
juega el blanco y juega el negro
juega el pobre y juega el rico

En el juego de la vida
nada te vale la suerte
porque al fin de la partida
gana el albur de la muerte

Juega con tus cartas limpias
en el juego de la vida
al morir nada te llevas
vive y deja que otros vivan

Cuatro puertas hay abiertas
al que no tiene dinero
el hospital y la cárcel
la iglesia y el cementerio

(Canción: En el juego de la vida, interpretada por Daniel Santos, con la Sonora Matancera)

En el juego de la vida.

Hace tiempo, había sido un actor de teatro y de doblaje con notable éxito. Se había casado, muy joven, con una compañera de profesión con la que tuvo dos hijos y se separó, debido a sus constantes infidelidades que su mujer no quiso perdonar. A partir de ese momento, todo le fue mal; los trabajos que le ofrecían ya no eran de protagonista, sino de personaje secundario, y cada vez más escasos, hasta que hace ya veinte años que nadie se acuerda de él. Tuvo que recurrir a las organizaciones de caridad de la Iglesia, -él que era un ateo convencido-, para comer y vestirse; incluso, llegó a robar por lo que, por ello, pasó unos meses en la cárcel. Hace unos pocos meses, le diagnosticaron una cirrosis terminal. Hoy, se encuentra postrado en la cama, a punto de abrirse, para él, la cuarta y última puerta: el cementerio.

Prior
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3 Comentarios

  1. Victoria Permuy dice:

    Sorprendente canción… y muy acertada.
    Más que sorprendente la historia que relatas, ¡¡¡GENIAL!!!, pobrecillo, me adelanto a los acontecimientos; D.E.P., (aquí yace el que utilizó cuatro puertas… todas ellas bien baratas).
    Un saludo, me gustó mucho.

    1. Prior dice:

      ¡Hola Victoria! Hace unos meses escuché esa canción, «En el juego de la vida», que hablaba de aquel que lo ha perdido todo en la vida, el que nada tiene, y al que se le abren solo cuatro puertas, el hospital, la cárcel, la iglesia y el cementerio. A su vez, hubo una noticia en los periódicos de la muerte, en la pobreza más absoluta, y en una habitación de un hostal de mala muerte, de una persona que había sido, bastantes años antes, un actor de teatro y de doblaje de éxito. Las circunstancias que llevaron a su muerte, aunque imaginadas por mí, no creo que se aparten mucho de las que conformaron los últimos años de su vida. ¡Gracias, una vez más, Victoria, por tus palabras de ánimo!

  2. VictoriaPermuy dice:

    Es muy interesante tus explicaciones de los ¿»por qués»? que te inspiran a crear tus relatos, me parece muy curioso que siempre «saques» de «algo»… aún «algo» más «jugoso» que lo anterior.
    Creo que eres un «tío» (jajaja) muy pero que muy inteligente, asique mi enhorabuena como siempre pero esta véz con matrícula de honor en premio a tu «sapiencia»… y te juro que no es «peloteo».
    JAJAJA hoy he «gastado» todas las «comillas» del teclado, Un fuerte abrazo, me gusta leerte, eres muy entretenido. Victoria

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