¡ZALAMERO!…

Capaz de desarmar todo un ejército

lograr izar blancas banderas hacia el cielo

al enemigo… en señal de rendimiento.

 

Doblar ante su imagen las rodillas

las dos y cuatro más, si se tuviesen

hacer que, tras sus pasos se besase.

 

¡Bendito «zalamero» y «engreído» que,

siempre de «guaperas»…anda a saltos

echándose el flequillo hacia a un lado.

 

Saber de su victoria en sus batallas.

Incluso cuando estudia su estrategia

ya sabe de antemano…¡que las gana!.

 

Seguro de sí mismo y…su intuición

creído hasta las gónadas el «MACHO»

cuajado de medallas…¡REGALADAS!.

 

Algunas son de oro, otras de plata…

galones, entorchados, banderitas…

fajines en cintura de púrpura y de rojo.

 

Y, como «gastador», primero en fila…

el «alto» y arrogante buen soldado

llevando trás su sombra a su rebaño,

 

¡¡¡directo al matadero de su lecho!!!

 

 

 

 

 

 

 

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