DÍME…

Te lo he preguntado

cientos de veces

y lo sigo haciendo

porque no lo entiendo.

 

Tan poco recibo

a cambio de mucho

lo que yo te quiero

no tiene ni precio.

 

En mi pensamiento

eres tú mi dueño

mi amo en mi cuerpo

inquilino en mi sueño.

 

Propietario en mi alma

sin ningún contrato

mi diablo, mi ángel

aún no sé qué eres…

 

Díme qué me has hecho

¿qué embrujo empleaste?

¿qué pócima mágica…

que no sentí nada?.

 

Ni leí conjuro alguno

ni bebí nada en mi boca

debes ser brujo, muy brujo

que yo no me dí ni cuenta.

 

Pero sí lo has conseguido

díme pues, ¿cómo lo has hecho?

ya que me tienes colada

tengo derecho a saberlo.

 

Te doy tanto y tengo tanto

que no sé si estoy muy loca

porque loca, ya era un poco

pero ahora voy «sobrada»…

 

Díme, que me haces cariño

que a pesar de los pesares

a tus pies me tienes siempre

menos mal… que no eres alto.

 

Al menos puedo mirarte

sin usar un catalejo…

pues si llegas a ser alto

me perdía ver tu cara.

 

¿Serás capaz algún día

de «decírme» lo qué haces

sin volver a repetirlo

otras cien veces de nuevo?.

 

Díme, y dímelo de verdad

¿qué hechizo hiciste conmigo

si se puede echar atrás…?

o…¿tendrá caducidad?.

 

No he visto fecha ninguna

ni el consumo preferente

estoy viendo vida mía…

¡QUE NO TE VOY A CATAR!.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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