Cuando suenan las campanas…

Muere la tarde, tranquila. Muere y todos lamentan su pérdida. El ocaso, rojo de sangre, se alza en el cielo purpúreo. Sopla la brisa entre las afiladas ramas de los árboles.

A lo lejos, en la colina, la iglesia reza y suspira; busco en la distancia el sonido de sus campanas. ¿Será mi fin? Será mi fin.

Y entonces, tronadores suenan sus lamentos, gemidos que me inundan de miedo. Frío, el viento llora conmigo. Cada tañido es para mí un martirio. ¿Podré soportarlo? ¿Podré? No- me responde una voz.  Esto basta para hacerme caer.

Ahora oigo el sonido maldito desde el suelo donde yago. ¿Podré levantarme? ¿Podré? La voz se ríe, burlona. Y comprendo que no hay esperanza.

Cuando suenan las campanas, mi alma triste y vacía, muere lentamente con la tarde.

 

Jacinta

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3 Comentarios

  1. Lezalel dice:

    Muy bonito.
    Aunque siempre vuelven a sonar las campanas y otra vez estarás en pie.

  2. newowen dice:

    Ostras, es como el tema de Hemingway, pero con un toque tuyo. («Por quién doblan las campanas», recomendable)Me gusta lo de cielo purpúreo y la humanización de los objetos.
    Parece como una escena teatral.

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