La Cadena 4ª Parte

–         ¡Kagura, aquí!

Aquella voz chillona y aguda rompió nuestro momento de contacto físico. Se paró en seco, yo lo imité y me di cuenta que una luz similar a la de la barra nos enfocaba… Giré la vista y volví a encontrarme con la matadora mirada del tal Ian. No estaba solo, lo acompañaba un grupo compuesto de dos chicas y tres chicos. Sentados en un sofá, rodeaban una pequeña mesa abarrotada de ceniceros, cervezas y vasos de cristal:

–         ¡Si no fuera por que ha Ian se le ocurrió encender la luz no os hubiéramos visto! – dijo una de las chicas, de un cabello tan rubio como el de Ian, pero con unos gracioso rostro redondo y unos ojos saltones y oscuros.

–         ¿¡Ella es la chica de tu clase!? – preguntó otro chico, moreno, de ojos llamativamente grandes y azules.

¿Kagura les había hablado de mí? ¿Qué les diría? Seguro que era la media japonesa que le ayudaba con la caligrafía todos los días después de clase.

–         Sí, es ella – rió Kagura – Chicos, os presento a Lluvia-chan.

–         ¿No iba a venir con una amiga? – preguntó el otro chico, también moreno y arrebatadoramente atractivo… con un pelo arenoso y escalonado que le brillaba con la luz.

Pero si había que destacar físicamente a alguien en ese grupo… era la única persona que permanecía en silencio; la chica que estaba sentada junto a Ian. Su pelo era ondulado, tan cobrizo como el mío cuyo fleco en diagonal escondía su ojo derecho… el otro reflejaba un ojo punzante y tan azul como el agua de un coral, sus cejas no eran ni gruesas y finas, su cara era afilada, su nariz perfecta, sus labios eran finos y su figura era pequeña y menuda… Parecía sacada de una revista de moda… de  modelos te bajan la autoestima. También era la única que no me miraba… pero no por ello me quedé mirándola fijamente, sino por su soprendente belleza:

–         ¡Que nombre tan bonito! – la voz de la rubia me sacó de mis pensamientos – ¡Yo soy Coral!

Le dirigí una tímida sonrisa. El chico de pelo arenoso, que estaba sentado a su lado se llamaba Any y el del pelo escalonado Dai. Por último quedaba la otra chica, quien pronunció su nombre con voz grave pero solo logré articular un “Ewyn”. Su mirada era tan fría como la de Ian; cualquiera le pediría que repitiera su nombre.

Antes de acceder a que me sentara con ellos, le eché un último vistazo a la figura de Aura; verla reír con Davis Jones me hizo sentir más segura para aceptar la invitación de Kagura y compartir con ellos un agradable rato.

Con agrado, me senté entre Any y Coral ya que parecían los más simpáticos del grupo. Kagura se sentó entre los silenciosos Dai y Ewyn… por un instante, verle al lado de esa chica me sentó un poco mal, pero rápidamente todo aquel inesperado malestar se disolvió cuando Ewyn cogió de la mano a Ian. ¿Estaban juntos? A simple vista, dado su seriedad, diría que se complementaban bien.

–         Así que estas en la clase de Kagura – dijo de repente Any llamando mi atención – No te dará problemas nuestro querido Jacky Chang ¿Verdad?

Negué con la cabeza, incapaz de articular palabra, pues como ya os he dicho… las relaciones humanas fuera de mi círculo de amigos y familia, se me daban fatal:

–         Deja de llamarme chino – dijo Kagura, fingiendo estar irritado pues hacía eso cada vez que le picaba con su penosa ortografía occidental – ¡Soy japonés!

–         De Rusia para abajo son todos iguales – dijo Dai haciendo reír hasta al propio Ian.

–         Que no se diga que hay racismo en este grupo – Kagura tomó otro trago de su botellín  –         ¡No te enfades! – rió Coral dando un saltito sobre el sillón; parecía una niña entusiasmada – Sabes que en cada grupo de amigos hay un extranjero.

–         En nuestro caso eres tú – Dai sonrió con malicia y tuve la sensación de ser aquel que en cada grupo sacaba las carcajadas de los demás, aunque la primera sensación que me dio era del guaperas:

–         ¿Por qué no dejamos de meternos con Kagura por tener los ojos rasgados? – preguntó Any sin dejar de sonreír.

–         ¿Os metéis conmigo por eso? – se burló el “ofendido” – ¡Cabrones! ¿A que hoy no toco?

–         Recibirás la ira del gran Hem-sama – habló por primera vez “Ewyn”, y lo hizo tan cortante, sin dejar de mirar al vacío, que no pude evitar dirigirle una mirada de descortés incredulidad ¿Tendría algún tipo de autismo? – Y de Loki-sama.

Por un momento, me pareció ver como Ian miraba de reojo a su “novia” y por alguna razón, me pareció un tanto extraño.

–         A la que deberíamos tener miedo fue a Dala… – la voz de Kagura me devolvió a la realidad.

–         Si no fuera por ella no actuaríamos – dijo Any.

–         ¿Dala es vuestra manager? – le pregunté en voz baja a mi amigo.

–         Algo así – contestó Any, dejando claro que había estado pendiente de mi disimulada intromisión – Además es mi hermana.

–         Quien lo diría – bromeó Coral y se dirigió a mí – Su hermana y él son como Ian y yo… ¡Polos opuestos!

Así que Ian y ella realmente eran hermanos. Y sí que eran polos opuestos… Coral parecía tan extrovertida que sino fuera por el cabello tan rubio y radiante de ambos nadie se llegaría a imaginar que eran hermanos. ¿Eso querría decir que esa tal Dala era tan fría y cortante como Ian?

Más que hablar, oí como charlaba aquel extraño grupo de amigos. En seguida supe que cada uno era distinto a otro… pero radicalmente. Coral, Kagura y Any eran los más extrovertidos, pero aun así diferentes. Coral reía por cualquier cosa, Kagura solo sabía gastar bromas y Any parecía ser muy amable y agradable. Dai también participaba en la conversación, pero de una manera que parecía irritar cómicamente a Kagura… pues todas sus intervenciones eran para reírse de él. Ian sonreía de vez en cuando, seguramente contagiado por la risueña risa de su hermana pequeña… “Ewyn”, ni siquiera sonreía, es más, parecía no estar ahí. Viendo esa escena, me sirvió para conocer un poco más al Kagura fuera del instituto… nada distinto al Kagura que conocía. Era tan extrovertido, gracioso y simpático como siempre.

–         Se nos está haciendo tarde – dijo de repente Dai, levantándose – ¿Vamos tirando para el bar?

Como si pensáramos lo mismo, Kagura y yo nos dirigimos una mirada y el me estrechó la mano… Ese tacto… me produjo una extraña sensación en la barriga y un inesperado nerviosismo se apoderó de mí. Entonces, me sonrió… pero de una manera distinta a las demás ¿Qué estaba pasando?

–         ¿Vamos?

 

 

No me costó arrastrar ha Aura, pues el mojito la había dejado tan contentilla que apenas se opuso a que camináramos hasta la discoteca donde iba ha actuar Kagura y sus amigos.

La ciudad es como una moneda; tiene dos caras muy distintas. De día… la ciudad es un hervidero de estrés y contaminación… pero de noche es algo muy distinto. Centenares de luces la iluminaban, dándole un toque mágico, la gente estresada se adentraba en los miles de locales donde resonaba la música y acompañaba nuestro paso.

En el centro de un laberinto de calles había un pequeño acceso a un sótano envuelto en olor a galletitas chinas. A través de esas paredes pintadas de color negro resonaba la voz histérica de un cantante… en aquel lugar que parecía un escondite se encontraba el Charleston Club.

6 Comentarios

  1. Zilniya dice:

    ¿Por qué pones una historia tan buena en Zona Basura? Me está gustando como continua, eso sí, he visto alguna falta en cuanto a formas verbales…

    Ya tengo ganas de leer el próximo capítulo!

  2. Anónimo dice:

    porque no se ponerla en otro sitio jajajajajajaja y si, es que antes de publicar reviso pero esta vez me faltóxD

  3. vms8 dice:

    Vaya nombrecitos más raros para tan sólo haber un extrangero en el grupo. Me sigue pareciendo todo muy japones, y no lo digo por Kagura y la prota. Para mi gusto, demasiado manga.

  4. vms8 dice:

    Aún asi siguela a la gente la has enganchado y eso es lo importante!

  5. Zilniya dice:

    A una servidora le encanta el manga y el anime… ^o^

  6. yogursinsabor dice:

    ¿Les he enganchado?Vaya… de todas maneras tengo algunos problemas con los verbos conjugándolos porque soy canaria y no suelo usar el estáis y eso… ¿Saben? Yo ya había hecho una novela con los mismos protagonistas y Coral se llamaba realmente Corea. Se llamaba La historia de las tres noches. De todas maneras, me sorprende que a la gente le haya enganchado por soy pésima escribiendo… veo los otros relatos y a veces me da verguenza publicarlo… pero me alegraXDD

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