La llamaban "Beauty"
- publicado el 07/08/2014
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Breathe Deeply
Bueno, he aqui un pequeño intento para que haya más relatos en el concurso de terror y que esto no sea un monólogo 😛
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¿Por qué tuviste que marcharte John? ¿Por qué? ¿Es tan importante ayudar en la guerra, cariño? ¿Por qué tuviste que dejarme sola?
Agarró con más fuerza sus rodillas. Le hacía sentir más segura. Era lo que hacía cuando sentía miedo de pequeña. Los monstruos imaginarios le asaltaban por las noches y ella adoptaba la postura de un feto debajo de sus numerosas mantas.
Pero ahora todo era diferente.
Arriba, el crujido de la madera, lento, como si las pisadas que lo provocaban fueran muy pesadas y el siguiente paso se hiciera esperar agónicamente. Ella levantó la vista hacia la oscuridad del techo. Su única fuente de luz era la linterna que había cogido antes de bajar al sótano y meterse en aquel armario, reflejada, eso sí, en las numerosas herramientas afiladas que John había guradado cuidadosamente tantos años atrás.
Un nuevo paso, un nuevo crujido. Otra persiana cerrándose. Ella hundió la cabeza entre sus muslos, tratando de desaparecer para siempre. Se lo advirtieron hacía mucho tiempo: «No le abras la puerta al vecino. Está loco. Siempre suceden cosas extrañas cuando él está involucrado». Pero ella no había hecho caso. Michael era un hombre simpático y afable. ¿Quién iba a pensar que ésto podría suceder?
Un grito le sacó de sus pensamientos. – ¡¿Mamá?! Mamá, ¿dónde estás? ¿Por qué está todo a oscuras? – Los ojos se le abrieron de golpe a la vez que levantó la cabeza con un rápido movimiento. – Jo…Johnny – las palabras, como un susurro inaudible, escaparon de sus labios.
De una patada abrió las puertas del armario. Su hijo estaba en peligro y ahora mismo no podía pensar en sí misma. Mi pequeño… Corrió en dirección a las escaleras, atrás quedaron linterna y objetos punzantes. No podía planificar, tenía que salvarle. Subió los escalones de tres en tres, trastabilló un par de veces y sólo la barandilla de las escaleras le salvó de la caída. Abrió la puerta con un golpe seco, aguantó la respiración y corrió en dirección a la entrada, sin detenerse un instante.
Delante de la puerta estaba la mochila. No había rastro de su hijo por ningún lado. La luz del cuarto de baño, el único circuito de la casa que no había sido manipulado, tintineaba mandando flashes intermitentes que cruzaban la oscuridad de las salas adyacentes. Ella miró a un lado, después a otro. ¿Dónde? ¿Dónde estás?
Corrió hacia las siguientes escaleras, pensando que con seguridad habría subido a su cuarto. Tenía que encontrarle… tenía que encontrarle antes que él. Pero el mundo se le vino abajo. – ¡Ahhhhhhhh! – provenía de la cocina. El intento de girar bruscamente en carrera hizo que derrapara y se estrellara contra uno de los espejos de la salita. Éste estalló en mil pedazos inundando la sala de brillos siniestros despedidos en todas direcciones, y llenando a la mujer de numerosas y diminutas heridas. Pero ella no sentía dolor. – ¿Johnny? ¿John? Hijo, ¿dónde estás?
Corrió hacia la cocina. Uno de los cristales se clavó con profundidad en la planta de su pie, obligándola a soltar un grito ahogado. Sin detenerse continuó avanzando, arrastrando la pierna herida y pegando diminutos saltos mientras se apoyaba en las paredes.
Finalmente llegó a la cocina. No veía nada. Las luces estaban apagadas. Sobre la mesa descansaban las verduras y los cuchillos de la cena que estaba preparando. Tenían un perfil completamente amenazador en la penumbra de la luz que se filtraba a través de las persianas. Cruzó la cocina con dificultad. Si el cuerpo mandara sobre la mente ahora mismo no se podría mover. Pero la necesidad de encontrarle le obligaban a seguir. Entonces le vió.
El umbral de la puerta ocultaba todo su cuerpo salvo su pie inherte y descalzo. Un reguero de sangre doblaba la esquina y entraba en la cocina bifurcándose por las juntas de las baldosas blancas del suelo. Las lagrimas comenzaron a correr por sus mejillas y un grito desgarrador acompañó su sufrimiento. Se hundió sobre sí misma, cayendo de rodillas y apoyando la cara sobre sus manos sangrantes. El llanto hizo que finalmente acabara tumbada sobre el suelo blanco. Estiró un brazo para tocar con los dedos la sangre de su hijo. Cuando la sintió, caliente, un nuevo grito dió lugar a un profundo dolor. Estaba muerto.
Se encogió de nuevo, tumbada lateralmente. Se abrazó las rodillas. Tenía un profundo miedo, pero no por su seguridad. ¿Qué haría ella sin Johnny? Vivía para él. Lo era todo en su vida. No podía dejar de darle vueltas. Está muerto. Está muerto. Ni se dió cuenta de que lo estaba diciendo en voz alta, con un débil susurro.- Está muerto, está muerto… – Su cuerpo se balanceaba adelante y atrás.
– … aprenderás. No debes tratar con otros. Yo lo soy todo para tí – Era la voz de Michael. – Todo el mundo te quiere ¿Es que no lo entiendes? Mi dulce Sarah. – Estaba de pie. En su mano tenía un cuchillo ensangrentado. – Tan perfecta. – hizo una pausa, se agachó sobre ella y le acarició el pelo – Eramos tan felices. Los tres. Tú, yo y el pequeño Johnny. Pero al final tuviste que cagarla. – Su intensidad iba subiendo – Yo era como un padre para él. Tu me querías, Sarah, ¡Nos ibamos a casar!, ¡JODER! ¿Por qué la cagaste, Sarah? – otra pausa, más prolongada – Pero una cosa tengo muy clara, sí – Poniendose de pie, acarició de nuevo el cuchillo. En su mirada había una clara locura. – Si no eres mía, no serás de nadie.
Ella no hizo nada. No ofreció resistencia. Se tumbó boca arriba y esperó el frío acero sobre su vientre. No quería vivir. No así…
- Amont – Capítulo 5 - 23/12/2010
- Amont – Capítulo 3 - 09/12/2010
- Encerrados - 19/11/2010
Bueno, como podeis apreciar no es el típico relato de fantasmas. Quería tocar un tema mucho más real, mucho más diario.
Espero no herir sensibilidades. Sólo quería acercar un poco lo que muchas personas viven en su día a día y que me parece una aberración. Eso sí que es terrorífico.
Espero que al menos os guste.
Un saludo.
Te voy a ser sincero. El relato en sí no me ha gustado. Tengo 1 crítica, una pregunta y una cosa a favor.
La crítica: un relato de terror no tiene por qué ser específicamente sobrenatural, como bien dices. Pero este tema también es muy manido. El psicópata en casa. Miles de películas hollywoodianas lo confirman. Se me hace monótono, como si viera la peli de Scream 6. Además, sigue los mismos roles: una mujer indefensa, atacada por el perturbado de turno.
La pregunta: por qué has elegido personajes angloparlantes? (a juzgar por sus nombres). Huele a Estados Unidos por doquier, pero quiero saber por qué eliges esto concretamente. Tengo especial curiosidad, pues creo recordar que en varios relatos de terror los escritores (en Sopa de Relatos) tiran por los mismos derroteros. Es quizás por la ubícua y constante presencia del cine yanqui?
Lo bueno: Me ha gustado especialmente el final. Me gusta cómo finalmente la protagonista acepta su perdición y se deja llevar. Cómo termina comprendiendo que nada importa. Cómo en fracción de segundos pierde el gusto por la vida. Eso es lo que creo que hace a un relato de terror lo que es: algo inmoral, fuera de lugar y de lo cotidiano. Y sobretodo, de lo establecido.
Un saludo, Champi!
«ubícua» no lleva tilde. Es ubicua.
Apoyo tu pensamiento de que huele a yanki. Supongo que sí. Al imaginarme esas casas tan grandes, con sótano y entrada al lado de la cocina, inmediatamente me he situado allí. Influenciado por las pelis o no, quizás por las descripciones de ciertos libros. Pero supongo que sí. Se escribe más y se ve mucho más eso, asi que ciertamente supongo que tendrá que ver.
El psicópata en casa, es un tema recurrente, pero no las razones por las que está ahi. Mi intención era esa, hacer creer que se trata de simplemente eso, para después en el diálogo final, el único momento donde realmente se explica algo, tratar el tema de como ella le dejó entrar en su vida. No se trata de un vecino o un lunático. Es su pareja, y eso se me hace mucho más cercano, quizás por la prensa sensacionalista española. Supongo que no habré sabido captar eso bien. Lo siento si es asi, o si la idea no es lo suficientemente fuerte como para provocar ese cambio en la manera de ver el relato.
Creo que lo que te refieres con el final no es sólo la manera en que acaba, quizás estás incluyendo esa parte que yo también te digo. No se si será así o no.
No. Lo del final me llama la atención porque ella pasa de luchadora a derrotada. Y eso me ha gustado.
Ok, ok… 🙂
Siento discernir, pero a mi no me ha parecido para anda «yanki» el relato. Aunque a cada uno situara el relato donde su imaginacion le lleve. No veo que esto sea motivo de critica, pero tampoco veo mal que se comente ^^
En lo que si estoy de acuerdo con Lascivo es en que el final esta genial. Yo tampoco querria vivir asi.
A nivel personal, no me gusta que este en negrita los dialogos… se pueden leer con el rabadillo del ojo y hacen «spoiler» xD
Jajajaja!!
Dichosos los ojos!
Gracias por comentar y gracias por el apoyo, aunque no te guste lo de los diálogos. Es que quería discernir pensamiento de habla y de narración. ¿Creeis que es una mala idea en general?
No, no es para nada malo. Pero en mi caso no he podido evitar leer un par de veces la letra en negrito xD
Pues yo como soy una miedica, lo he pasado mal leyéndolo, lalalalah…
Así que me guardaré mis comentarios (porque no tiene sentido tener en cuenta la opinión de alguien a lo que todo le asusta, xDD), sin sentido salvo un pequeño apunte:
«había guradado cuidadosamente tantos años atrás.»
Oh sí, deformación profesional se llama lo mío >.<
¡Guradado! Me recuerda a aquella serie, Primos Lejanos.
«Los había guradado, pirimo Lary» xDDDD
xDDDDD
Oh, f*ck, acabo de darme cuenta que he repetido «sentido» demasiado seguido… Y estos comentarios no parecen poder editarse! ><
Tampoco es que se aprecie tanto… No te fustigues!
Y ya basta, va a pensar JJ que es popular con tanto comentario. xD
Esa lengua, señorita!
Trata un tema por desgracia a veces demasiado actual, «si no eres mía, no eres de nadie». Siempre dará miedo tener al asesino en casa
¡Hola hola!
Estoy de acuerco con don Lascivo. Por todo eso que él ha comentado, el relato me ha dejado frío. Creo que le falta alguna patada en la espinilla del lector, una colleja que le haga despertar, una sorpresa que le inquiete.
¡Un saludete!
Buuuuuuuuuuuu!! Malooo xDDD
Ya he contestado al comentario, pero era para que al menos sepas que lo he leido, y lo despr… digo… aprecio mucho… 😀
(Te toca…)
uhm… ella era la perturbada o era el? podria ser que «john, el que se fue a la guerra» fuese un producto de la imaginacion de sarah y michael, al descubrirlo se muriera de celos y destrozara su vida? puede que sea «simplemente» un relato sobre la violencia de genero, pero con los nombres que has usado, a mi se me ocurren miles de historias ocultas que no se han contado.
y si, lo que mas miedo da, es que estas cosas ocurren de verdad.