Luisito.

Luisito era un niño que sufría una rara enfermedad que le obligaba a “vivir” en un carrito acondicionado para él. La gente le daba algunas monedas y, el día de su santo, algún regalo, pero nunca nada que le hiciese olvidar su mala suerte. Unas Navidades, quise que Luisito volviese a sonreír. Para eso, decidí regalarle mis encuadernados de Pulgarcito, que conservaba como un tesoro. Mi madre me preguntó por qué se los daba, si les tenía tanto aprecio. ¡Precisamente, por eso!, le respondí. ¡Con tan poco, había conseguido hacer feliz a otro niño, como yo!

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