La Cara Mirona

 

Soñaban con un baño caliente y reconciliarse. Juan se despertó, quiso conocer el salón de baile. Lo recorrió, pero notando el cansancio del sueño inacabado, volvió con Elsa. Antes se giró, me observó y acarició mi rostro.
Elsa deseaba danzar, se vistió deprisa…esa habitación inmensa…solo para ella. Él la perdonaría. Conectó el megáfono y bailó ante ambos. Cansada, arrojó las zapatillas contra mi cara. Él se me acercó preocupado, y sonreí calmándole.
Elsa se marchó, por fin Juan sería feliz… viviría en Francia. Se quedó conmigo. Desde entonces no hacemos otra cosa que mirarnos a la cara.
Eva Garcia Romo
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2 Comentarios

  1. Dani San dice:

    Un relato original. Me gusta. Échale un vistazo a lo siguiente: Él, pronombre, lleva tilde («Él la perdonaría…», «Él se me acercó…»)

  2. Eva Garcia Romo dice:

    ¡Gracias Dani! Tildes puestas. Un saludo

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