El asilo
- publicado el 13/02/2014
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TRAS LA HOGUERA
TRAS LA HOGUERA
Una nueva faceta me saca de mi trayectoria, una inquietud hacia lo desconocido, un sueño tal vez… quizás estamos inmersos y no pensamos porque suceden las cosas, por que lo blanco, tal vez pudiese ser gris, o negro, por que la historia no puede ser del color del que la cuenta o de la experiencia que cada uno a podido vivir en su propia existencia. Esta historia jamás contada, ha sido fruto de las investigaciones y las vivencias de Carlos, uno de tantos investigadores de la verdad
Sentado en la vieja silla de anea, que mi familia mantiene aún en el comedor y frente, la ya casi inexistente chimenea que pasaba desapercibida en ese inmenso salón. Adornado por cuadros antiquísimos, recuerdos que se conservan colgados como fieles testigos del tiempo… Como reliquias de toda la trayectoria familiar, dando fe de que algún día existieron, lucharon, amaron, padecieron y disfrutaron. Yo me encuentro aquí como único heredero vivo de mi tío abuelo Yambul Cabeza Hierro, intentando asimilar mi nueva situación y tomar posesión del Palacete de su propiedad y que con gran empeño por su parte, la gran obsesión de su vida, ha sido la de enfocar mi educación para que fuese su propietario y nadie más. Una Mansión cubierta de un gran enigma, leyendas antiquísimas, contadas por los más ancianos del lugar y llenas de intriga, muertes y tesoros jamás encontrados, historias de asesinatos aún sin resolver, romances e historias fantasmagóricas que la gran mayoría espero que no sean ciertas, pues pretendo reconstruir poco a poco la mansión y vivir en ella…Aunque aún me asaltan dudas y temores de la veracidad de algunas…Integrado en su historia, pretendo conocer cada una de sus vivencias… Poner en orden el puzzle y la historia de los míos. Dando fe de cada uno de los miembros de mi familia, tras el paso de los años. En mi memoria se mantenían los recuerdos de cada uno de ellos como el fiel reflejo de cada episodio de mis antepasados….Por la fecha en la que nos encontramos y por el crudo inviernos que se avecina, preparo la vieja chimenea para que apacigüe ese intenso frio que se siente en la vetusta casa. La sequedad de la leña, y sus crujidos al retorcerse por el fuego que va consumiendo los troncos que he colocado, es el único ruido que me aleja de lo absorto de mis pensamientos, contemplo unas llamas sin humos, desprendiendo ese calor que nos reconforta, que hace tan placentero el grandioso salón en el que me encuentro. Mi mirada y mis pensamientos, se dirigen a las llamas de la vieja chimenea, tras la hoguera….
Esa fuente de reflexiones que ejercen la observación de sus llamas, esos recuerdos que afloran, ese pensamiento que se remoza tras la contemplación de una hoguera. Tras el paso del tiempo este Palacete, ha quedado deshumanizado, desposeído del calor que produce el encontrarse habitado por personas humanas y día a día, abrir sus ventanales para que entre los rayos de sol he inunden sus galerías. Siendo mi intención, limpiar sus negras leyendas, de fantasmas aparecidos, de espíritus que según dicen… Se pasean cada noche como almas en pena, tratando de redimir esos desamores, esas muertes tan extrañas, esos duelos que según cuentan aún se celebran en los abandonados patios de las Caballerizas. Llenar de realidad o ficción las páginas de la historia, y estudiar esos enigmas que nos hacen ver lo real en lo profundo de lo irreal. Tratar de ponerle sentido a esa mala fama que desde hace tiempo en la casa que ahora hábito, liberalizar o encauzar si es posible de los viejos sentimientos del recuerdo atraídos a la realidad, a la actualidad, al menos en nuestros recuerdos. Así comparo la existencia de la raza humana, de por si antigua, con viejos recuerdos, que tras el paso de la edad van recopilando historia y valor por lo que entre sus pilares se esconde, su sabiduría de los enlaces y experiencias que tras ese deambular impregnan sus paredes y estancias de flujo del saber y del conocimiento, no tanto por lo que se sabe pero si por lo vivido, por lo comparado en cada momento de la existencia de cada uno de mis antepasados…Las paredes se encuentran adornadas de cuadros que evocan cada una de sus historias de sus moradores… es curioso que en cada uno se refleje la misma mirada, la misma sonrisa. Como si el eterno pintor de la humanidad hubiese deslizado sus pinceles por cada uno de los cuadros, dando el toque personal de su sabiduría he impregnando a todos del mismo semblante de dulzura. Por la cantidad de ellos que se encuentran colgados de los viejos cáncamos renqueantes, diría que mi familia ha sido larga y extensa en la historia. Hay colgados mas de 50 cuadros de retratos que han vivido o han tenido algo que ver con mi vida, cada uno se encuentra acompañado de un pergamino donde explica la hazaña mas destacada de cada uno de ellos…
Al fin podre enterarme de la vieja historia de mi familia, algunos se encuentran casi ilegibles, pero tratare de componer la leyenda de cada uno, tratando de descifrar ese pasado esa negra fama que en ellos recae. No será tarea fácil pero el buen nombre de la familia, merece el empeño.
Todos estos pensamientos, y el calor de la hoguera me sumergen en un placentero sueño…
-El silencio se hace voz – o la voz silencio-, cuando los acordes de los chirridos salen de la habitación y se acercan con paso quedo al salón… Llaman a la puerta y despierto de mi apacible sueño, un hombre corpulento se encuentra a mi lado, inclina su cabeza para saludarme, su silueta me genera confianza y seguridad, diría que lo conozco, antes de yo preguntara, nada el se presenta.
-“Hola, Carlos, no te asustes soy tu tío abuelo, la persona que ha querido que tu heredes esta Mansión, en ti he puesto la responsabilidad familiar de encontrar el puñal sagrado que nuestros antepasados han custodiado desde que Néstor lo trajo de Palestina y lo oculto en este Palacete. Pero, aun, nadie lo ha localizado, generación tras generación hemos buscado, construyendo después de haber derribado muchas estancias de la casa, pasando de padres a hijos (pena que yo no los tengo), pero te tengo a ti. Nunca me viste, no quise que te encariñases con migo. Me hice cargo de tu carrera de investigación, para que cuando llegase el momento pudieses encontrar el enigma familiar, la daga que abre el baúl de la sabiduría suprema, el puñal con el que se dice, se dio muerte al mismísimo… Jesús, pues según cuenta le leyenda familiar, tras su crucifixión, fue atravesado por el puñal que le dio la vida, y espero tú seas el que lo encuentras”.
De repente me despierto de ese sueño tan extraño que he tenido, ese hombre que he visto, me parecía tan real, pero creo que ha sido un sueño, hermoso… pero sueño al fin…Las llamas de la hoguera creo que me han abstraído de la realidad, pero, me noto nervioso, por ese sueño…
Como tantas historias, este Palacete está lleno de ellas, que ha sido destruido y reconstruido por mis antepasados en cada etapa de nuestra historia. Solo de sus orígenes queda parte de este salón donde me encuentro y esa vieja chimenea que me está dando este calor tan confortable.
Néstor Cabeza Hierro este nombre encabeza mi lista familiar, fue el constructor del palacete donde habito. Estuvo luchando en Tierra Santa, junto al mismísimo rey de Inglaterra. Encabezaba una expedición de Caballeros Templarios y lucharon junto a ellos, se dice que a su regreso, tras sus múltiples victorias los Reyes le concedieron tierras y bienes. Como buen amante de la aventura hizo construir el palacete como fiel reflejo del que existía en Muz-Raí, donde lucho y venció al Omar de la zona, quedando prendado del palacio conquistado y viviendo en él durante 4 años. Se comenta por las investigaciones que yo pude realizar en mi doctorado, que encontró riquezas y tesoros que pertenecieron a los primeros cristianos, de los primeros mártires después de la muerte de Jesús y que eran los guardianes de sus Santas pertenencias. Pero fueron detenidos y desposeídos de todo lo que llevaban, aunque nada se supo de su destino posterior, tan solo se comentaba como tantas leyendas, que el que poseyera una de las piezas pertenecientes a los enseres que había, sería el poseedor de la verdad. Yo siempre he pensado, a la vez que la mayoría de los historiadores, que era el Santo Grial, el sudario, la corona de espinas o alguna de esas pertenencias.
-Que extraño sueño, que significa ese puñal…Pienso absorto de nuevo, mirando esa hoguera resplandeciente, asalta mi mente todas estas elucubraciones… Este sueño tan extraño.
Mi tío abuelo, murió hace ya un año, y no lo conocía, sabía que detrás de mi infancia había algún protector, pues mis padres murieron cuando yo aún era un niño. Y un pariente lejano me mantenía en colegios e internados, nunca me ha faltado de nada. A su muerte, tras la lectura del testamento,*me enteré que todo lo había dejado a mi nombre, mi benefactor era soltero y yo sin conocerlo, sin saber quién era, sin poderle agradecer todo el esfuerzo que estaba realizando en mi favor….
Pero este sueño me invade en mi interior, desde pequeño me hice historiador e investigador, también curse la carrera de ciencias ocultas, me doctore en Parapsicología. Por ello, este sueño, me abre el pensamiento de lo estudiado, me deja inquieto. Estoy placenteramente adormecido, siento las pisadas de alguien que recorre el pasillo donde están colgados los cuadros, pero una luz cegadora me impide ver quien se acerca, tan solo una gigantesca silueta se aproxima hacia mi. Carlos, no temas, no te hare daño, me presentare, pero haz de tranquilizarte… deja de temblar ¡por Dios!
Yo me veo, invadido por el miedo, temblando como un flan en la mano de un niño, como un presagio, me encontraba delante del mismísimo Yambul, el hijo de Néstor El Templario; no sabia si era real o soñaba…
No sueñas, Carlos, son los designios del destino los que ahora y después de tantos siglos hacen realidad nuestro encuentro. Ven, dame tu mano sin miedo que hare que te tranquilices y sígueme….
Cogió mi mano, sentí una tranquilidad pasmosa, como si me hubiesen inyectado un tranquilizante y lo seguí, dirigiéndonos al pasillo donde se encontraban los cuadros, que extraño, en el que tendría que estar, se encuentra vacio…no hay nadie tan solo se ve el paisaje…pero seguía leyendo mi mente, lo que pensaba, no necesitaba hablar. Si, no te extrañes, ni te asustes, vas a vivir una de las experiencias de tu vida que jamás olvidaras, pero que harán cambiar el rumbo de ella. Estoy aquí, porque soy el primero y único descendiente varón, que mi padre tuvo, me eligió para ser el guardián supremo de algo que nunca vi. La protección de la Daga.
A la muerte de cada uno de tus antepasados, debo elegir al siguiente y espero que ese seas tú, Para ello y tranquilamente, te enseñare secretos y tesoros que con tu vida deberás proteger, guardar y conservar, hasta que de ti y mi hermana Zulema nazca el varón que te sucederá. Pero antes te contare algo:
Todo lo que he aprendido, ha sido por designio de mi padre y de sus antecesores, los verdaderos guardianes, ellos le entregaron la Santa Daga a mi padre para que la protegiese, mientras que a mi me acogían para mi preparación y ser el verdadero heredero de su custodia, mi padre era ya mayor y con mucho sacrificio lo aceptó así. Cogió la Daga y la guardo en este Palacio, y aun en nuestros días, nadie la encontró. Nuestras familias y descendientes estaremos buscándola y esa misión es la que te encomiendo.
Durante los 14 años que Néstor el Templario, vivió en el castillo del Omar, paso a cuchillo a los principales generales del Caudillo derrotado, al propio Omar y a su familia, tan solo dejó con vida a una de sus hijas, por la belleza que tenia, por su encanto, por su complicidad, al haberse enamorado los dos perdidamente. Contemplando el cuadro y los viejos pergaminos que junto ha el se encontraban, leo uno que me llama la atención y dice:
-Por la antigüedad del pergamino, diría que se trata de la suplica que realizó la hija del Omar a Néstor y tal vez por ello su perdón. Lo cierto y según dicen los diferentes escritos, ella se convirtió al Cristianismo, se casaron y lucharon durante los años restantes contra los musulmanes, buscando las pertenencias robadas a los Guardianes. Su rastro se pierde, cuando conjuntamente de toda Europa, se prepara otra expedición a los Santos Lugares. Néstor con sus tropas, esposa y dos hijos, regresa a su país. Siendo bien recibido por los Reyes y recompensando su labor con las tierras en las que construyo el palacete a imagen y semejanza del que dejaron en Muz-Raí, con la ayuda de sus tropas y familia. Más tarde donaría parte del territorio de su propiedad para levantar la ciudad en la que tuvo sus orígenes la actual Alcahueteé. Construida por sus tropas y familiares alrededor del Palacete para su protección. Se dice en otra de las leyendas populares, que todas sus tropas, al regreso de Palestina, continuaron a las ordenes de Néstor, pero renunciando a la violencia y realizando un juramento en defensa de la “Daga de la sabiduría plena” con la muerte si fuese necesario. Los mismos turnos de guardia, los mismos vigilantes, realizaban sus turnos, tradicionalmente en nuestros días y sin saber por que todos los habitantes de la zona, celebran el desfile nocturno, que es la vigilancia mediante hogueras de todo el perímetro del Palacete.
“Veo que nos conoces bastante bien, gracias a todos los detalles que he ido colocando a tu alcance, para que te fueses familiarizando con nuestra vida .Algunas de ellas no son ciertas, pero no te preocupes, te iré presentando a cada uno de ellos, pues todos pertenecen al ejército inmortal de los defensores de la Sabiduría Plena, donde tu serás su general. De ti saldrá tu descendiente, así la cadena de mando”. Contemplando las llamas de la vieja chimenea, paseando por los recuerdos de mis antepasados, trato de recomponer el rompecabezas que hay en mi interior hojeo otro de los pergaminos y deduzco que es la poesía de Néstor a su hija.
Desde hace tiempo, camino contigo.
Te sigo donde quiera que tu vas y no lo notas
Cuando tienes un problema, Lo hago mío….
Te ayudo. Pero otros se llevan el beneficio.
Si estás triste, me entristezco contigo, te consuelo.
Pero… Tú no te fijas en la cantidad de lágrimas,
Que recojo de mis mejillas.
Cuando estas alegre, me alegro contigo,
Quisiera que supieras, que estoy a tu lado,
Para que tu alegría perdure.
A veces dices “me traicionan los amigos”
Y duele que no sepas, que yo nunca lo hiciera
Yo si quiero ser tu amigo fiel…. Tu padre
Al regreso de Néstor con su esposa, su hija Zulema y un varón llamado como mi tío abuelo Yambul, eran críos de 13 y 11 años, pidió a los Reyes que hablaran con una orden religiosa para su formación, accedieron con el varón Yambul, pero se lo negaron a la pequeña Zulema que quedo desposeída del cariño de su hermano por la lejanía, aunque siempre tuvo el apoyo y cariño sus padres.
-Fuiste tú. Eres el elegido. El responsable de nuestro destino – me susurró una voz en el interior de mi cabeza. Estaba paralizado. Quieto. De pie en la antesala de la entrada a aquel salón. Delante de mí estaba aquella persona. Vestía un amplio gabán marrón oscuro de aspecto pulcro y limpio.
La prenda le cubría hasta las pantorrillas. Sobre su cabeza, una especie de sombrero de ala ancha… No me fijaba en los rasgos de su rostro. No podía fijarme en nada. Estaba inmóvil en cuerpo y espíritu. En palabra y pensamiento. Aquella entidad me habló de nuevo. -sujeta esto. Lo necesitas para justificar tu participación en los hechos. Eres mi escudo… Gracias a la cantidad, mi existencia sigue vigente.
La figura se apartó de mi campo de visión. Desapareció de mi vista.
Al poco pude recuperar los sentidos de nuevo y aprecié lo que me había dejado entre los dedos de la mano. Un feroz estilete de oro. De aspecto ancestral. Perteneciente a una cultura de siglos atrás. El filo estaba sucio de sangre. Al igual que parte del mango. Alcé el rostro protegiéndolo con la palma de la otra mano para así entrever el final del salón. Unas piernas desnudas surgían desde el interior de un cuadro. Los pies relucían del brillo. Se suponía que aquella persona estaba muerta. Todo esto lo comprendí en escasos segundos.
Mi mente me había jugado una mala pasada. Dándome cuenta que corría un grave riesgo permaneciendo cerca de su esbelta figura, eché la cara hacia otro lado. Me negaba a que me besase en la boca, pero su belleza era inconmensurable sus ojos se clavaron en los míos y sentí como era poseído por el frenesí de la sexualidad hasta quedar agotado. ¡Dios Santo! Los demás familiares de los cuadros, se arremolinaron en mis cercanías.
Se sonreían, con cara de satisfacción, celebraban el acontecimiento como un hecho normal y natural. Se inició unos misteriosos canticos y rezos que no llegaba a entender. El Salón se encontraba repleto de personas que tan solo las había visto enclaustradas en sus cuadros.
El suelo estaba resbaladizo por la humedad. Me resbalé y caí de bruces. Cuando quise incorporarme, ya era demasiado tarde. Fui agarrado y zarandeado.
-¡Bravo Maestre! ¡Tu, serás el que nos guíe con la Daga de la Verdad
Todo eran abrazos! Recibí el estilete de oro. Alguien facilitó un cofre y fui ungido con los brazos de todos los presentes sobre mi cabeza. Luego una cruz de madera se elevaba sobre todos nosotros, era la propia imagen del de la crucifixión de Jesús.
Al mismo tiempo todos pusieron en mi mano esa Daga de Oro y entre todos con las manos enlazadas clavamos esa Daga en su costado y Jesús empezó a sonreír.
Fijo mis ojos al oscuro techo que me prohíbe la belleza de las estrellas, el sueño empieza a seducirme poco a poco, dejándome abandonado en un mundo en donde todo puede pasar.
Pero… ¿que es eso que escucho a lo lejos de mi habitación? ¿que es ese murmuro que se escucha?… es como si alguien estuviera hablando en voz sumamente baja, ¿acaso será mi imaginación o solo será un alma en pena que ha vuelto a salir de su cuadro?. Me fijo en las llamas de la vieja hoguera, una figura contemplo, se mueve con una velocidad inimaginable. ¿Acaso será un engaño óptico?, pero tiene figura de una mujer. Todas sus articulaciones se mueven pero sin ningún rumbo. No puedo mas que escuchar sus murmullos que son cada vez mas fuertes.
-¡Aléjate de mi, aléjate, vete de aquí y encuentra tu descanso eterno!
No puedo ni orar del horror que tengo en mi mente y en mi cuerpo,
es algo horrible que no le deseo a nadie en el mundo.
-¿Que quieres? ¿Que haces aquí? aléjate.
Caí al piso, mi cara estaba desecha, mis ojos sangraban pero a la vez lloraban sin parar. Mi cuerpo estaba frio a pesar del calor que hacia en el salón, junto a la hoguera. Solo puedo ver sus desnudos pies que caminan alrededor mío, todo su cuerpo está sucio, solo la cubre una túnica blanca, no puedo moverme.
Creo que moriré, no siento mas dolor ni miedo desde esa noche. Me negaba escuchar ese murmullo, ahora lamento haberme despertado de mi existente sueño. Ahora pago las consecuencias, a pesar de tener un sueño horrendo, siempre veo mi cadáver como se pudre poco a poco. Es algo horrible es como ver una rosa que se seque poco a poco ahora solo me queda seguir rezando por mi descanso eterno…¿Carlos, estás escuchándome? -Ya ves… Aun lo estoy asimilando. Las pesadillas no dejan de perseguirme, voy a volverme loco, no se distinguir el sueño de la realidad…- – Le respondo a Zulema, –
Yo también. Desde hace siglos no dejo de realizar la misma ceremonia. En realidad me siento como la madre de la humanidad, la fuente de la vida. Todo el que de mi nace y vuelve a mi, tendrá la vida eterna. Uno de cada antepasado tuyo, ha sido engendrado por mi, para eso naci, para ser la madre de cada uno de ellos, del elegido. Luego cada uno de ellos ha podido casarse y tener otros hijos que nada tienen que ver con nuestra línea de sangre. Miraba al vacío, mientras trataba de asimilar lo que me estaba contando, cada vez que la observaba no podía entender su belleza, sus años, su cuerpo tan esbelto, después de tantos siglos…Es imposible de un Fantasma y un Mortal… Esta fuera de la realidad, la imaginación me supera. Zulema me cogió de la mano y me dijo… -Carlos, ¿Por qué te negabas, me porte tan mal? ¿Qué os hice yo? Ahora estoy aquí encerrada, vosotros lo ignoráis… Nadie se acuerda, Encerrada en esta oscuridad de cuadro. Presa, ya que no me recordáis. Me levantó de golpe-¿Quién hay ahí? La puerta estaba cerrada con pestillo, las ventanas cerradas y las persianas bajadas. Cuando me despierto no veo a nadie más en el salón. -¡Zulema! ¿Qué tipo de broma es esta?, ¡Zulema!
¡Clic! ¡Clic! ¡Clic!… Intento quitar el pestillo, huir. Sus manos frías traspasaron mi ropa y tocaron mi carne, empujándome contra la puerta… Inmovilizado contra ella. –Zulema. Aquel aliento congelaba el aire a mí alrededor. Una lengua húmedamente, se deslizo por el lóbulo de la oreja. El camisón empezó a rajarse lentamente. -No… No me hagas daño. El camisón cae a sus pies… No llevaba ropa interior…Temblaba de frío… El tacto era húmedo… Un ardor salía de su pecho, imposible resistirse… Algo toco los carrillos de su trasero… Se introdujo entre ellos…. La sentía excitarse… Jadear…
Los besos eran foco de lujuria ella me sujetaba las muñecas que se deslizaron hasta sus pechos.
Me despierto en el Hospital, mi familia lo celebra con alegría. ¡Había salido del Coma!
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¡Hola, Fernando! Bienvenido.
Pero… ¿Microrrelatos? Es un poco largo, ¿no?
¿Donde podría encajar?
Tienes una laaarga lista de géneros aquí, pero siempre estamos abiertos a sugerencias 😉