Juguetes rotos

Y ahí estaba mirándome fíjamente la muñeca de trapo, me había levantado un momento a beber  agua y noté que algo me seguía por el pasillo. Cuando me di la vuelta, unos ojos totalmente oscuros y siniestros me observaban desde el suelo, sonreía, el vaso se me cayó de las manos. No podía apartar la vista de ella, ¿estaría soñando? De repente abrió la boca y dijo: “Sólo quería desearte Buenas Noches, he conseguido salir de la estantería, los demás duermen”. Al volver a mi habitación, veo a todos los muñecos mirándome con sus ojos de cristal.

Meredith
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6 Comentarios

  1. Eva Garcia Romo dice:

    ¡Que miedo! Felicidades. Me ha encantado

    1. Meredith dice:

      Muchas gracias Eva! Me alegro que te gustara, se agradecen los comentarios :). Un abrazo!!

  2. sibisse12 dice:

    ¡Hola! Estaba ojeando los relatos y me he visto el tuyo ya solamente con la forma de empezar me ha encantado y si aldo de miedo da =)

    1. Meredith dice:

      Mil Gracias Sibisse! me encanta recibir comentarios y que disfrutéis con el microrrelato, me hace mucha ilusión. Un abrazo!!

  3. newowen dice:

    Me imagino la vocecilla. Recuerdo de pequeño una casa de madera donde pasaba los veranos con una estantería llena de muñecas de porcelana. Por suerte aquellas no se movían.

    1. Meredith dice:

      La verdad que las muñecas de porcelana tienen algo que da bastante miedo, por eso se me ocurrió la historia, aunque sea una de trapo también hace el mismo efecto 😀

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