El Espejo

Era niño cuando dejé el bullicio para jugar al final del pasillo, la canica cayó de mis manos y fue a rodar debajo de una mesa.

Desde ahí pude ver a ese hombre salir del espejo, nunca se lo conté a nadie.

Cincuenta años después volví a esa casa ahora abandonada, el espejo seguía ahí, al tocarlo me di cuenta que era fácil atravesarlo, así lo hice.

Del otro lado estaba la misma casa pero invertida y llena de vida, vi de reojo a un niño agazapado, para no asustarlo fingí no verlo y caminé hacia dónde venían las voces.

Alberto Raiser
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