Mujer Soñada

Ayer cuando me disponía a salir pensé para sí mismo, que bonito sería encontrarme la mujer soñada de noches anteriores, pensaba mientras caminaba con rumbo desconocido en lo divino, en lo humano, pero también imaginaba en mi reacción primera. Ayer por fin la vi y no fue una casualidad, la había imaginado así, su pelo rubio que caía tímidamente en su frente, grandes caderas, unos pechos agradecidos y naturales, una cadencia al caminar y solo bastó una mirada entre los dos para estar seguro de que mis pensamientos eran ciertos.

Carlos M. Renteria
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