– Hola, muy buenas. Mi nombre es Gargamel.

– Pero…

– Sí, el malvado enemigo de los pitufos.

* El público abuchea. *

– Hola, Gargamel. ¿Cómo te gusta que te llamen?

– Gargamel es suficiente.

– ¡Muy bien, Gargamel! Me han dicho que eres un científico muy estudioso y que te gusta mucho la química, ¿es eso cierto?

– La alquimia, Patricia. La química es un término demasiado moderno. Yo lo que quiero es crear la piedra filosofal.

– ¡La piedra filosofal! Pero eso debe ser muy difícil, ¿no?

– Bueno, en realidad tengo todos los ingredientes. Salvo uno, claro. Ya sabrás que necesito al menos un pitufo.

– Pero siempre se te escapan, ¿verdad?

– Al contrario. Cierto que son muy escurridizos, pero a lo largo de mis investigaciones he capturado a muchos.

* Bullicio del público. *

– Eh… ¿Cómo que a muchos?

– Hombre, Patricia, yo soy un alquímico, y como científico, no voy a obtener el éxito de mi experimento a la primera. Yo lo siento mucho por los ya más de cincuenta pitufos que se han sacrificado por mi causa, pero ya estoy cerca de lograrlo.

* Un gran «¡Oh!» de indignación. *

– ¿Cincuenta?

– Aproximadamente.

– Bueno, Gargamel, verás… Tú realmente no estás aquí para hablar de tu trabajo.

– Ah, ¿no?

– No. Tú estás aquí porque una persona muy importante quiere hablar contigo. ¿Se te ocurre quién puede ser?

– Oh, vaya. Pues la verdad es que no. Espero que no sea mi madre, que me lleva diciendo un tiempo que me quiere buscar novia.

– Bueno, Gargamel, pues tengo una buena noticia y una mala. La buena es que no es tu madre. Y la mala… Por favor, un fuerte aplauso para… ¡Papá Pitufo!

* El público vocifera puesto en pie. *

– ¡Bienvenido, Papá Pitufo!

– Hola, Patricia, ante todo, darte la enhorabuena por tu programa.

– ¡Muchas gracias! Siéntate por favor. Sí, ahí mismo, al lado de Gargamel.

– Hola, Gargamel.

– Hola, hombre, hola.

– ¡Bien Gargamel! Papá Pitufo está aquí para decirte algo muy importante, ¿verdad, Papá Pitufo?

– Sí, Patricia, así es.

– Pues adelante.

– Ya… Verás Gargamel… Era sólo decirte que, en nombre del pueblo pitufo, por favor dejes de matarnos.

– Eso no es posible, y lo sabes.

– Ya, pero estamos hartos. Has licuado a muchos de nosotros, y estamos hartos de servirte de experimento. Yo… sé que no lo haces con mala intención. Que tienes un trabajo que hacer. Sé que tus jefes te presionan mucho y que estás estresado.

– Bueno, ya. Pero dime cómo voy a obtener yo ahora la piedra filosofal de los cojones.

– Eh… ¡Por favor, Gargamel! En este programa no permitimos ese tono. Estamos en horario infantil.

– Joder, Patricia, es que estoy hasta la polla. ¿Qué no mate a más pitufos? ¡A tomar por el culo, coño!

– ¡Gargamel! ¿Qué haces? ¡Baja el arma!

– ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, jaaaa!

– ¡Deja a Papá Pitufo! ¡¡¡Qué haces, por Dios!!!

* El público huye en todas direcciones. Los disparos continúan. *

– ¡Muere, escoria azul! ¡MUEREEE!

– ¡No! ¡NOOO! ¡Aggggh!

– ¡Publicidad! ¡Meted publicidad!

* Música de cabecera y mensaje para asistir al programa:

«¿Tu jefe es un ogro? ¿Tus vecinos hacen mucho ruido? ¿Algún malvado de cuento no te deja en paz? Llámanos al 806 πππ 555.»

Y dentro publicidad. *

Yizeh. 24 de Diciembre de 2009

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Yizeh Castejón

Escritor, físico, profesor, capoeirista, innovador. Nacido en Madrid en 1986. Creador de Sopa de Relatos, la web de escritura libre. Editor y autor del libro de cuentos "Sopa de Relatos" y de futuros proyectos. Alumno de h2i Institute.

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