Bajo su Espada

“¿Vida o muerte?” Era el pensamiento de este giróvago caballero, que encontrándose solo, luego que su pelmazo escudero habiendo visto dispar enfrentamiento dejara allí su jumento para huir raudo, sin aliento. Así bajo la penumbra que sobre aquel ponía tal engendro: de larga cola, grandes alas, profundas cuencas y feas garras. Así a cada exhalación menos piel y más escamas. Consideró perentorio poner pecho a sus lamentos; tomó su espada en la mano que quedaba, la clavó en su corazón al decir tales palabras: –Perenne recuerdo convertido en caballero-. Tal bestia murió con él, en el filo de su garra.

ALEJANDRO PENA
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