Deseo frustrado.

No había conseguido ser policía, su mayor deseo desde niño. Al final, había entrado como guardia jurado en una empresa farmacéutica que experimentaba con animales. Hoy, una manifestación de protesta, de mujeres, ante la empresa, iba a cambiar su rutinaria vida. No dudó en coger una manguera de alta presión, para disolver la manifestación. Cuando más feliz estaba, empapando y humillando a aquellas mujeres, la gran presión de la manguera, hizo que cayese al suelo, con tan mala fortuna que un golpe de la boquilla en la cabeza lo dejó muerto. ¡Su sueño de convertirse en policía se había frustrado!

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