Crónicas de un Requiem anunciado
- publicado el 04/02/2014
-
Crónicas de un Requiem anunciado
Me entretengo contando
las motitas de polvo que trago
en este aire oscuro
y anaranjado
que provoca el cante
entre mendigo y amante
en calles más estrechas
de lo que varios velos querrían
en estas tierras árabes.
Espiran
en un último quejido,
que vibra,
como les enseñó el sol
a los camellos
a hacer suyo el suelo
en su constante balanceo.
“¿Serán esas alforjas de paja tejida
las que esperabais ver por el horizonte
desde vuestra ventana más alta de vigía?”
El instinto nace
y, en el Bazar,
a los oscuros
nos hace.
No son finas mis ropas
ni ondeo velos
que muestren mi piel rosa
pero entre pliegues guardo
papiro del Nilo
y del zapato saco
la pluma que abandonó
al ave en su nido.
Comienzo a escribir
con la mano de los marginados,
aquellos que aprendieron
y no le enseñaron.
Quizás un poema,
que esconderte en las alforjas ,
que te llevan de ofrenda,
llenas de telas, especias y henna.
Persigo al camello
y beso mi carta,
a modo de sello.
Esquivo a la gente,
los del Bazar sabemos
andar contra corriente,
crear revuelo
y hacer invisible
de lo que somos conscientes.
Mi mensajero avanzó
como el sol al suelo,
no lo alcancé,
y las puertas de tu palacio se abrieron.
Antes de preguntarme
ya estaba dentro
escondida entre setos,
por verte,
temblando por dentro.
- Crónicas de un Réquiem Anunciado - 04/07/2015
- Crónicas de un Requiem Anunciado - 20/06/2015
- Crónicas de un Requiem Anunciado - 15/04/2015