NAUFRAGO

Navegué a la deriva entre tus brazos

entregada en desesperado goce

y

cuando las nubes de tu olvido

cubrieron mi alma,

me arrastré hasta la orilla

–  derrotada y herida –

de una costa abrupta y escarpada.

 

Eterno náufrago en la búsqueda

de un recuerdo sibilino

salpicado de un dolor salado.

 

Roca desnuda

que las olas golpean

en la última bajamar

de su ocaso.

Ana Maria Rodriguez Ramos
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