Pasión que mata sin avisar

Desbordando calor, mirando hacia el sol

vaivén luchando con sudor y ganas

clavándose en la piel ambos las garras,

jóvenes desgarrándose el corazón.

 

Ojos que rompen el tiempo helado,

miradas que apuntan a la eternidad

ellos tan despacio, arriba y abajo

tormentas que anuncian el puro deseo.

 

Excavando en su piel logró observar

que el dulce y fino aleteo de sus dedos

era la recompensa por saber amar.

 

Y él jamás en su vida pudo olvidar

intenso aroma de su boca ardiendo

que a aquél pobre diablo iba destruyendo.

 

Alejandro
Últimas entradas de Alejandro (ver todo)

Deja un comentario

Tu dirección de email no será publicada