Ejercicio de teatro físico FITHA2013

– Estruendo de las cinco de la tarde. Me tienes aquí encerrado en un cuarto, sin ponerle siquiera candado al marco de la puerta que olvidaste poner. Y no salgo, no puedo, no quiero. Lo único que quiero en este momento es que tú, a pesar de mi estado y ésta nefasta existencia de circo-burdel, estés, vengas a decirme que ya, que todo está bien, que es una cosa de risa, que no tomaste en cuenta mi torpeza, ni mi egoísmo. ¡Ya lo sabes! Estoy bien si me dices que deseas que esté bien, si me besas y con tu saliva se disuelve lo amargo de este tiempo. Sí me ahogas y soplas hacia mi garganta tu vida que sólo yo quiero conocer, que no comparto ni con mis manos. Todo lo reservo para ti. Mi condición febril te la doy, mis pies olorosos te los doy, mis uñas mordidas, mis piernas flacas, mis brazos cansados. ¡Hasta mi boca seca te la doy! ¡Que por tu culpa no refrescas! ¡Que por mi culpa no te acuerdas! (Grita). ¡Ven ya! Sácame de la duda, ¿estás consumiendo tiempo o te esperas a que él me consuma a mi? ¡Ven a partirme la cara con tu silencio, pero aquí, frente a mi cuerpo húmedo! No te escondas aprovechando que es mucha la distancia puta y harto el quehacer por hacer. Aunque sea escupe que mañana ya vendrás, que mañana ya me querrás otra vez y para siempre. (Pausa). Aunque sea, aunque sea…

Edgar Eglon
Últimas entradas de Edgar Eglon (ver todo)

Deja un comentario

Tu dirección de email no será publicada